Los Cronogladiadores tienen un plazo de autodestrucción predeterminado, que solo aumenta cuando están en la batalla, en la que luchan como si su vida dependiera de ello. Cada segundo en el que el Cronogladiador no lucha, su temporizador vital comienza a desgranar los segundos que restan hasta su muerte. A medida que el temporizador va acercándose a cero, el Cronogladiador va debilitándose, y solo puede ser invertido por los productos químicos liberados por la sensación del derramamiento de sangre. Si el temporizador llega a cero, el sistema de autodestrucción provoca la explosión del corazón del Cronogladiador.
Los Cronogladiadores tienen un plazo de autodestrucción predeterminado, que solo aumenta cuando están en la batalla, en la que luchan como si su vida dependiera de ello. Cada segundo en el que el Cronogladiador no lucha, su temporizador vital comienza a desgranar los segundos que restan hasta su muerte. A medida que el temporizador va acercándose a cero, el Cronogladiador va debilitándose, y solo puede ser invertido por los productos químicos liberados por la sensación del derramamiento de sangre. Si el temporizador llega a cero, el sistema de autodestrucción provoca la explosión del corazón del Cronogladiador.