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| - Capítulo 6 (Un viejo amigo) Por suerte para Rico, Umberto le dijo que no le necesitaba para que hiciera más trabajos fuera de Vice City. Sin embargo, 3 días después de su regreso observó que algo fuera de lo normal sucedía en el café Robina, ya que había varios hombres trajeados y con guantes que le obligaron a entrar sin armas. Cuando entró vió que había un hombre con él. Tendría unos 40 años, le faltaba algo de pelo por la frente, síntoma de que se estaba quedando calvo, tenía bigote y también iba trajeado, pero su traje parecía más caro que el de los hombres de fuera.
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| - Capítulo 6 (Un viejo amigo) Por suerte para Rico, Umberto le dijo que no le necesitaba para que hiciera más trabajos fuera de Vice City. Sin embargo, 3 días después de su regreso observó que algo fuera de lo normal sucedía en el café Robina, ya que había varios hombres trajeados y con guantes que le obligaron a entrar sin armas. Cuando entró vió que había un hombre con él. Tendría unos 40 años, le faltaba algo de pelo por la frente, síntoma de que se estaba quedando calvo, tenía bigote y también iba trajeado, pero su traje parecía más caro que el de los hombres de fuera. -Hey, Rico. Te presento al hombre con los cojones más grandes que conozco. Rico Montana, Salvatore Leone, Salvatore, Rico.-Presentó Umberto -Hola chaval, perdona que te hayan registrado mis chicos al entrar, pero tengo más enemigos aquí que en Liberty City, jajaja.-Rió animadamente Salvatore. -Bueno, ¿a que has venido Salvatore, si no te molesta que te lo pregunte?-Dijo Rico. -Por favor, Rico, llámame Sal. Y no Umberto, no pienso volver a enseñarte las pelotas en el burdel. -Tranquilo, se incendió hace años.-Aclaró Rico. -Bueno, conocí a Umberto durante una estancia en Cuba y, como buen amigo suyo, le ofrezco un trato, un cargamento de AKs recién traídas de Rusia por $10000. -¿Solo? ¿Y que ganas tú con eso? -!Ja! Pues quiero que me ayudéis cuando tenga algún problema. -Bueno, no puedo rechazar el trato, !acepto!-Saltó sin pensar Umberto. Aunque a Rico no le convencía el trato, sabía que no podría disuadir a Umberto, así que se calló. Poco después Salvatore se fué al baño y Umberto pareció ponerse nervioso y a hablar en voz baja. -La verdad, Rico, es que dudo que Sal llegue al aeropuerto con vida, le han intentado matar hoy 3 veces y son las 10 de la mañana. -¿Pero quien le quiere matar? -Jimmy Sindacco, es el líder de la familia... En ese mismo momento una ráfaga atravesó la ventana y mató a los guardias, pero Rico y Umberto agacharon la cabeza a tiempo. Lo único que les dió tiempo a ver fue una Sentinel huyendo a toda velocidad. -!Cógelos con vida! Quiero que canten antes de arrancarles la chorra.-Gritó Umberto. Un minuto después perseguía el Sentinel con su Hermes. Sin embargo, pronto se dió cuenta de que varios Sentinel y tíos armados bloqueaban el camino, intentó dar marcha atrás pero más coches habían salido de la nada y bloqueaban el paso. Eso le recordó a una escena de El Padrino, y temía que fuera a ser su último recuerdo antes de acabar con más agujeros que un queso. Se agachó lo más que pudo, y pronto oyó tiros y como impactaban las balas en el coche. Poco después, los tiros tuvieron como compañero gritos y oyó que las balas dejaban de impactar en el coche. Poco después, se oyeron pasos y alguien dijo: -Aquí hay un tío, ¿lo matamos? -!No!-se oyeron pasos- Rico, ¿eres tu, chaval? Rico levantó la cabeza y vió como Sal abría la puerta. -Llevadle a Little Havana-Dijo Sal-y a mí al aeropuerto, quiero dejar esta ciudad cuanto antes. En aquel momento Rico notó un dolor agudo en la espalda y se desmayó. Categoría:Historias
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