Dregrak era un fiero y controvertido Orko, conocido por sobrevalorar sus propias habilidades y por ser muy optimista acerca de su destino. Dregrak estuvo presente en una de las últimas grandes oleadas de Orkos que llegaron a Armageddon y decidió bombardear sin orden ni concierto el planeta antes de su aterrizaje argumentando que estaba despejando el terreno para el asalto. Con esta acción, hizo más daño a sus rivales Orkos que a los enemigos imperiales. El hecho de que Dregrak eligiese para bombardear con mayor intensidad las regiones donde estaban operando las propias hordas de Ghazghkull no pareció deberse a una mera coincidencia.
Dregrak era un fiero y controvertido Orko, conocido por sobrevalorar sus propias habilidades y por ser muy optimista acerca de su destino. Dregrak estuvo presente en una de las últimas grandes oleadas de Orkos que llegaron a Armageddon y decidió bombardear sin orden ni concierto el planeta antes de su aterrizaje argumentando que estaba despejando el terreno para el asalto. Con esta acción, hizo más daño a sus rivales Orkos que a los enemigos imperiales. El hecho de que Dregrak eligiese para bombardear con mayor intensidad las regiones donde estaban operando las propias hordas de Ghazghkull no pareció deberse a una mera coincidencia. Cuando Dregrak se aventuró finalmente a bajar a la superficie del planeta, el fin de su campaña estaba cerca. Sus rivales, los Kalaveras, aliados con el Gobernador imperial traidor Herman Von Strab, se teleportaron a bordo del Repartemuerte y masacraron a la tripulación durante el asalto planetario. Aislado en la superficie y con la mayor parte sus fuerzas aniquiladas o retenidas a bordo del Repartemuerte, Dregrak encontró su fin rápidamente. Difícilmente se sabrá alguna vez si el golpe final fue asestado por Orkos o humanos, pero lo que es indudable es que Ghazghkull no sintió mucho pesar por la pérdida del problemático y poco digno de confianza Urgutz Dregrak.