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| - En 1924 inició un negocio tan lucrativo como fraudulento con la venta de neurocalómetros, aparatos que supuestamente ayudaban a los quiroprácticos mediante la detección de las subluxaciones. El neurocalómetro no contenía nada más que un termopar simple, que es una pieza estándar de los equipos eléctricos diseñados para medir la temperatura, por lo tanto, habría sido artefacto inútil para detectar desajustes en la columna vertebral o la compresión de los nervios. Tan falso como era el aparato no es de sorprender que sus clientes hayan terminado insatisfechos. Un abogado que actuó en nombre de uno de los clientes descontentos intentó demandar a Palmer: "En toda nuestra experiencia como abogados, nada más fraudulento que esta estafa había llamado tanto nuestra atención". En tales situaciones, Palmer repararía su reputación mediante su auto promoción en la WOC, una de las estaciones de radio pioneras en Estados Unidos, establecida en 1922. Aunque la estación agendaba programas en una amplia gama de temas, tales como asuntos locales y cocina, también emitía conferencias de Palmer, así como otros programas directamente relacionados con la terapia quiropráctica. El público al que se dirigía era en gran parte de Estados Unidos y Canadá, y Palmer incluso afirmó que tenía oyentes en Escocia, Samoa y en el Polo Norte. Gracias a su estación de radio y otras técnicas de marketing inteligente, Palmer supervisó el crecimiento del movimiento de la quiropráctica en las próximas décadas, no sólo en EU sino también en Europa. Por ejemplo, la Asociación Británica de Quiropráctica fue fundada en 1925 y el Sindicato de Quiroprácticos Europeas se formó en 1932, momento en el cual había 126 quiroprácticos en Gran Bretaña, setenta y seis en toda Noruega, Dinamarca y Suecia, y un par de docenas más en Irlanda, Bélgica y en otros lugares. Mientras tanto, en Estados Unidos, los quiroprácticos se ven sometidos a una presión constante y creciente por parte de la clase médica, que desaprobaba su filosofía y métodos (igual que sucedió con el padre de B. J. Palmer antes que él). Los médicos siguieron alentando la detención de quiroprácticos por práctica de la medicina sin licencia, y para 1940 había más de 15000 procesos judiciales. Palmer apoyaba firmemente la política de la Asociación Universal Quiropráctica de cubrir los gastos legales y el apoyo a los miembros que habían sido detenidos, lo que resultó en el 80 por ciento de los quiroprácticos libres de arrestos. Cuando la vía legal no logró desanimar a los quiroprácticos, la American Medical Association (AMA) intentó otras tácticas que culminaron en 1963 con la formación de la Comisión Sobre la Charlatanería (Committee on Quackery). Su secretario, H. Doyle Taylor, escribió un memorándum a la Junta de Síndicos de la AMA, en que se reafirmaba que la Comisión Sobre la Charlatanería considera que su misión principal es la "contención y, finalmente, la eliminación de la quiropraxia".Las actividades del Comité destacan la presión hecha para que los quiroprácticos se mantengan fuera del programa del seguro de salud de Medicare y argumentando que la terapia quiropráctica no debe ser reconocida por la Oficina de Educación de EU. Este antagonismo puede parecer irrazonable, pero debe recordar que el la institución médica tenía varias razones para despreciar a los quiroprácticos. Estas incluyen su creencia en la noción anticientífica de la inteligencia innata, su negación de que las bacterias y los virus causan muchas enfermedades, y su convicción de que la realineación de la columna vertebral de un paciente puede curar todas las enfermedades. Además de todo esto, los médicos convencionales se sorprendieron por el hecho de que muchos quiroprácticos eran aficionados del E-meter, otra herramienta de diagnóstico extraña. Inventado en la década de 1940 por un quiropráctico llamado Volney Mathison, el E-Meter tiene una aguja que se balancea hacia atrás y adelante a través de una escala cuando un paciente se aferra a dos contactos eléctricos -según sus proponentes esto es suficiente para determinar el estado de salud de un paciente. El E-Meter también fue ampliamente utilizado por la Iglesia de la Cienciología, tanto es así que muchos cienciólogos creen erróneamente que fue inventado por su fundador L. Ron Hubbard. Por desgracia, el E-Meter no es más que un pedazo de abracadabra técnico, por lo que en 1963 la FDA (Administración de Alimentos y medicamentos) de Estados Unidos incautó más de 100 de ellos de la Iglesia de la Cienciología. En muchos sentidos, el E-Meter tiene un parecido al neurocalómetro igualmente falso, inventado dos décadas antes por B. J. Palmer.
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