La Cruzada de Sangre de Despojacráneos conquistó el desolado planeta Birmingham, y el Campeón de Khorne inició los rituales para transformarlo en un Mundo Demoníaco. Decididos a detener este terrible plan, los Caballeros Grises de la fuerza de choque Yelmo de Hierro se lanzaron de cabeza hacia el corazón de la horda demoníaca, y llegando a la conclusión de que ningún otro Caballero Gris tenía la suficiente habilidad como para derrotar a Despojacráneos, el Castellano Garran Crowe desafió al Demonio a un combate singular.
La Cruzada de Sangre de Despojacráneos conquistó el desolado planeta Birmingham, y el Campeón de Khorne inició los rituales para transformarlo en un Mundo Demoníaco. Decididos a detener este terrible plan, los Caballeros Grises de la fuerza de choque Yelmo de Hierro se lanzaron de cabeza hacia el corazón de la horda demoníaca, y llegando a la conclusión de que ningún otro Caballero Gris tenía la suficiente habilidad como para derrotar a Despojacráneos, el Castellano Garran Crowe desafió al Demonio a un combate singular. Este desafío parecía un acto extremadamente temerario, pero en realidad se trataba de un ingenioso ardid de los Caballeros Grises: Crowe tuvo el tiempo justo de consagrar el lugar donde se celebraría el duelo (las ruinas del espaciopuerto de Birmingham) usando un vial de las lágrimas cristalizadas del Emperador que debilitarían a Despojacráneos lo bastante como para forzar un empate; y mientas Crowe mantenía entretenido al Demonio combatiendo contra él bajo la luz del crepúsculo, los Caballeros Grises consiguieron derrotar a la horda de Despojacráneos y ganar la batalla.