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| - Durante años, Clark escribió una columna en el The Sunday Times, en el Grazia y en el The Observer. En esos artículos, recomendaba con notable frecuencia (de hecho, una vez al mes) los productos de una compañía, Victoria Health. Hay un gran número de escritores de terapias alternativas en el Reino Unido, quienes promueven regularmente productos y empresas específicas. No hay información de fondo sobre la frecuencia en que ella promueve esa única empresa en los periódicos, y por lo tanto era imposible determinar si la promoción de Clark a esa compañia representa una anomalía.
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| - Durante años, Clark escribió una columna en el The Sunday Times, en el Grazia y en el The Observer. En esos artículos, recomendaba con notable frecuencia (de hecho, una vez al mes) los productos de una compañía, Victoria Health. Hay un gran número de escritores de terapias alternativas en el Reino Unido, quienes promueven regularmente productos y empresas específicas. No hay información de fondo sobre la frecuencia en que ella promueve esa única empresa en los periódicos, y por lo tanto era imposible determinar si la promoción de Clark a esa compañia representa una anomalía. Clark también gustaba de recomendar plantas cuyos componentes, según se descubrió, tienen propiedades antibióticas y que se deben tomar de forma profiláctica, es decir, que para impedir contraer una enfermedad. Sugirió, por ejemplo, que el pau de arco (una planta medicinal del género Tabebuia) debe ser tomado por pacientes para prevenir infecciones por SARM (Staphylococcus aureus resistente a la meticilina) en el hospital. Clark, en su columna "¿Cuál es la alternativa?" en el Sunday Times, recomiendó un esquema a base de hierbas alternativas, en este caso la artemisinina, como profilaxis de la malaria para alguien que viaje a Asia. "El Fondo Mundial de Lucha contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria está financiando el cambio a los tratamientos combinados basados en la artemisinina en 26 países", dijo Clark. No vamos a despotricar sobre cómo cuesta la cloroquina 20 centavos de dólar por tratamiento, mientras que las ideas de moda como la artemisinina cuestan $2.40. Nos apegaremos a los hechos más importantes como que la artemisinina es un tratamiento para la malaria, no es una medida preventiva, ya que su vida media es muy corta, y el Fondo Mundial no la recomienda como profilaxis, ni apoya nada, ya que es sólo una financiación. Tal vez Susan Clark no pudo establecer la diferencia. Susan Clark (que ha argumentado, entre otras cosas, que el agua tiene calorías) es otro ejemplo luminoso de esa fina línea de separación que los periodistas pueden traspasar a veces. The Sunday Times, Grazia y The Observer niegan que hubiera impropiedad alguna en su comportamiento (como ella misma niega también). Pero lo cierto es que ella había trabajado a sueldo de esa empresa en el pasado y que, en la actualidad, se ha retirado de sus tareas periodísticas para ocupar un empleo a tiempo completo en Victoria Health, escribiendo en la revista corporativa de la compañía. (Ésta es una escena que nos trae inquietantes reminiscencias de las conocidas idas y venidas de empleados entre el organismo regulador de la industria farmacéutica en Estados Unidos y los consejos de administración de diversas de esas compañías que operan en aquel país.) Susan Clark llegó a dar consejos sobre qué sustancias naturales son seguras de tomarse con warfarina. En primer lugar, se lamentó de la escasez de investigaciones sobre el tema. Luego hizo caso omiso de las cosas útiles que sí saben los médicos. "Como una simple guía: los pacientes que estén tomando warfarina deben evitar remedios naturales que tienen una acción sobre el sistema cardiovascular."
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