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| - En uno de los salones, le pareció oír tras de la puerta un sonido muy tenue, como pies arrastrándose. Pegó su oreja a la puerta, pero el ruido se había callado, se dispuso a seguir, pero junto a su primer paso, el sonido se oyó de nuevo. Entonces rápidamente abrió la puerta con su llave maestra, iluminó con su lámpara cada rincón, y no pudo ver nada. Cuando los maestros llegaron la mañana siguiente, lo encontraron sin vida metido en una estantería, desnudo, lleno de mordidas y arañazos...
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| - En uno de los salones, le pareció oír tras de la puerta un sonido muy tenue, como pies arrastrándose. Pegó su oreja a la puerta, pero el ruido se había callado, se dispuso a seguir, pero junto a su primer paso, el sonido se oyó de nuevo. Entonces rápidamente abrió la puerta con su llave maestra, iluminó con su lámpara cada rincón, y no pudo ver nada. Al pasar de los días, empezaba a sentirse nervioso, le parecía escuchar llantos, murmullos y risas que le atemorizaban. En ocasiones bastaba solo dar la espalda a los cajones en los escritorios para que estos se abrieran sin razón aparente. Cuando se quedaba dormido en su turno, horribles pesadillas le hacían sudar. En ellas veía deformes seres que se arrastraban lamiendo los rincones para chupar toda esa energía que los niños despedían durante el día. En una de esas pesadillas fue despertado por fuertes golpes en puertas y ventanas, en su casilla de descanso, veían que todas esas horripilantes criaturas, no estaban solo en sus sueños, si no presentes frente a él, intentando sacarlo de su lugar de resguardo. Cuando los maestros llegaron la mañana siguiente, lo encontraron sin vida metido en una estantería, desnudo, lleno de mordidas y arañazos...
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