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| - omo su propio nombre indica, la historia de la Hermandad Oscura ha estado siempre envuelta en un halo de confusión. Sus métodos son secretos para todos aquellos que no sean hermanos de la orden . Uno de los misterios que los rodean es cómo aquellos tan desesperados como para pagar por sus servicios pueden dar con ellos pese a permanecer ocultos en las sombras.
La Hermandad Oscura se escindió de una orden religiosa, el Morag Tong, durante la Segunda Era. Los morag tong eran devotos del espíritu daédrico Mephala, que les animaba a cometer asesinatos rituales. Durante los primeros años, estaban tan desorganizados como puede estarlo cualquier culto oscuro: nadie lideraba la banda y como grupo no se atrevían a asesinar a ninguna figura relevante. Todo esto cambió con la llegada de la Madre Noche.
A todos los líderes del Morag Tong y, posteriormente, a los de la Hermandad Oscura se les ha denominado Madre Noche. Se desconoce si es la misma mujer quien ha estado al mando de la hermandad desde la Segunda Era. Lo que sí se sabe es que la Madre Noche original desarrolló una importante doctrina en el seno de los morag tong: la creencia de que, pese a que Mephala se hacía cada vez más fuerte a medida que se iban cometiendo asesinatos en su nombre, algunos de ellos se consideraban mejores que otros. Los asesinatos que tenían como origen el odio agradaban más a Mephala que aquellos cometidos por codicia. Mephala apreciaba más los asesinatos de hombres y mujeres relevantes que los de personas relativamente desconocidas.
Podemos precisar la fecha en la que se adoptó esta creencia con el primer asesinato conocido que cometieron los morag tong. En el año 324 de la Segunda Era, el potentado Versidue-Shaie fue asesinado en su palacio en lo que actualmente es Elsweyr, el reino de Senchal. En un acto de descaro, la Madre Noche anunció la identidad de los asesinos con una pintada en una de las paredes que decía "MORAG TONG", escrita con la propia sangre del potentado.
Anteriormente, los morag tong vivían en una paz relativa, más o menos como si fueran un aquelarre, con ocasionales persecuciones, pero normalmente ignorados. Al mismo tiempo que Tamriel se convertía en un territorio fracturado, a los morag tong se les declaraba proscritos en todo el continente. Todos los soberanos tenían como prioridad principal la eliminación de la secta. Durante cien años, no se supo oficialmente nada de ellos.
Más difícil resulta situar la era en la que los morag tong resurgieron como la Hermandad Oscura, principalmente porque otros gremios de asesinos han ido apareciendo de forma esporádica a lo largo de la historia de Tamriel. La primera mención a la Hermandad Oscura la hemos encontrado en los diarios de la reina sangrienta Arlimahera de Hegathe. Hablaba de asesinar a sus enemigos con sus propias manos o, si fuera necesario, "con la ayuda de la Madre Noche y su Hermandad Oscura, el arsenal secreto del que se ha servido mi familia desde los tiempos de mi abuelo". Arlimahera escribió esto en el año 412 de la Segunda Era, por lo que podemos suponer que la Hermandad Oscura existió, al menos, desde el 360, si es que su abuelo realmente utilizaba sus servicios.
Lo que esencialmente diferenciaba a la Hermandad Oscura de los morag tong era que la hermandad era tanto un negocio como una secta. Los gobernantes y los comerciantes adinerados la utilizaban como si se tratara de un gremio de asesinos. La hermandad conseguía la obvia recompensa de una empresa provechosa, además de un segundo beneficio: que los gobernantes no podían perseguirlos de forma activa, ya que los necesitaban. Eran los proveedores de una mercancía primordial. Ni siquiera los líderes más virtuosos serían tan imprudentes como para tratar mal a la hermandad.
Poco después de la narración del diario de Arlimahera, tuvieron lugar una serie de ejecuciones, quizás las más famosas de toda la historia de la Hermandad Oscura. El emperador-apoderado coloviano Savirien-Chorak y todos sus herederos fueron asesinados durante una sangrienta noche de Amanecer del 430. En dos semanas, la dinastía coloviana se desmoronó para deleite de sus enemigos. Durante unos cuatrocientos años, hasta la llegada del emperador guerrero Tiber Septim, reinó el caos en Tamriel. Pese a que no se ha documentado ninguna ejecución tan impresionante como la anterior, la hermandad debió de llenar sus arcas de oro durante ese periodo.
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