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| - No cierres esos ojos sensuales, cierra tu mano; no la abras, respira, gasta tu saliva para gritar que estás bien, pero lo más importante... ¡Abrázame! No quiero perderte, lo eres todo para mí. Sé que estás conmigo por tu amor, que me está cambiando, es nuestro código. ¿Recuerdas? Cómo olvidar aquel momento en que me tomaste de la mano, me miraste a los ojos y me dijiste: “Tu vida depende de mí y la mía de la tuya”. Jamás lo olvidaré, estábamos jugando en la fuente de la plaza, saltando juntas.
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| - No cierres esos ojos sensuales, cierra tu mano; no la abras, respira, gasta tu saliva para gritar que estás bien, pero lo más importante... ¡Abrázame! No quiero perderte, lo eres todo para mí. Sé que estás conmigo por tu amor, que me está cambiando, es nuestro código. ¿Recuerdas? Cómo olvidar aquel momento en que me tomaste de la mano, me miraste a los ojos y me dijiste: “Tu vida depende de mí y la mía de la tuya”. Jamás lo olvidaré, estábamos jugando en la fuente de la plaza, saltando juntas. A mí no me importa si pierdo todo lo que tengo: solo quiero tenerte a ti. Si te vas, no sé qué hacer. Viví mi infancia contigo... ¡No te vayas! Recuerdo aquel momento en el que te me apareciste de repente, sin previo aviso; me tocaste del hombro y me sonreíste. Ni mucho menos olvidaré aquel momento en el que nos comimos todas las galletas que mamá había preparado para la tía Carla. Me tomabas de la mano cada vez que tenía miedo, cuando abandonabas tus sueños por mí, eso jamás lo olvidaré, amiga. En aquella tarde que fuimos a la playa, con helados en las manos, pegajosas, nos dimos un beso. Te amo, no te vayas. Toda mi infancia estaba en riesgo cuando te vi allí, tirada en el piso. Estabas allí, tirada como una bolsa de papas, con el cráneo enterrado en la hierba, rasguñando el césped con las uñas de las manos, asustada, gritando para que no se acabe: me dijiste que no te abandonara. Fui tan estúpida al dejarte agonizar, marchándome a la madurez. La madurez no se compara, y no se comparará jamás contigo, amiga. Es verdad: como el tiempo viene, tú te vas. No cierres esos ojos, ábrelos y mírame. La madurez me llamaba. Debía responder: era mi única oportunidad y la única para perderte. No olvidaré jamás cómo nos divertíamos vistiéndonos con la ropa de mi madre ¡Éramos hermosas! Pero por mi estupidez te estoy perdiendo. La sangre fluye en nuestras venas para vivir, tú vives en mi vida para hacerme feliz. Cierra tus manos, no caigas rendida, necesito tu fuerza. Reí cuando te conocí, me quitaste una sonrisa de oreja a oreja. Me enamoraste como ningún otro chico lo hizo. Eres tan bella con ese vestido blanco, ese collar de perlas y ojos de miel. ¡No te rindas! El viento sopla sobre mi rostro, a ti te hace volar. La inmadurez se va: la madurez viene. ¡No la necesito, te tengo a ti! No dejes de respirar, suspira y dime lo que siempre me decías: “Te amo, amiga”. Tampoco olvido en ese momento en el cual tenía que pasar a recitar una canción en clase, me miraste y me citaste la canción. Esa canción te la dedico a ti, solo recuerdo el coro: "Ayer morí/ El mañana está sangrando/ Caer entre tu luz del sol/ El futuro se está abriendo/ Más allá de crecer/ Para saber por qué/ La esperanza muere/ Perdiendo lo que estaba encontrando/ Un minuto tan vacío/ Suspendido en un compromiso/ El silencio de este sonido/ Pronto va a seguir/ De alguna manera/ La puesta del sol/ Y encontrando respuestas/ Es olvidando todas las preguntas que llamamos hogar/ Pasando las tumbas de los desconocidos/ Como nubes de razón en mis ojos/ Con un esplendor desvaneciente/ Ilusiones de la luz del sol/ Y el reflejo de una mentira/ Me mantiene esperando/ El amor se ha ido/ Por tanto tiempo/ Estos días están terminando/ Es la prueba del tiempo matando/ Toda la fe que sé que conociendo esa fe es todo lo que sostengo/ Y he perdido quién soy/ Y no puedo entender/ ¿Por qué mi corazón está tan roto? Rechazando tu amor/ Sin amor me va mal/ Vida/ Menos palabras que llevar/ Pero sé/ Todo lo que sé/ Es que el final está comenzando/ ¿Quién soy yo? Desde el principio/ Llévame a casa, a mi corazón/ Déjame ir y correré/ No estaré callado/ Todo este tiempo pasó en vano/ Años gastados/ ganancias perdidas/ Todo está perdido, la esperanza se mantiene/ Y esta guerra no ha terminado/ Hay una luz, no es el sol/ Tomando todo lo que destrozo/ Al lugar al que pertenecemos/ Y su amor conquistará/ Y he perdido quién soy/ Y no puedo entender/ ¿Por qué mi corazón está tan roto?/ Rechazando tu amor/ Sin amor me va mal/ Vida… Menos palabras que llevar/ Pero sé/ Todo lo que sé/ Es que el final está comenzando/ ¿Quién soy yo?/ Desde el principio/ Llévame a casa, a mi corazón/ Déjame ir y correré/ No estaré callado/ Todo este tiempo pasó en vano/ Años gastados/ Ganancias perdidas/ Todo está perdido, la esperanza se mantiene/ Y esta guerra no ha terminado/ Hay una luz, no es el Sol/ Tomando todo lo que destrozó/ Al lugar al que pertenecemos/ Y su amor conquistará todo/ Sí, su amor lo conquistará todo/ Ayer morí/ El mañana está sangrando/ Caer entre tu luz de sol…” Gastabas tu saliva para cantarla conmigo, cada vez me enamoraba más de ti. Pero solo quiero que me abraces: es lo que más deseo de ti. Te has ido, mi infancia ha muerto. Jamás te volveré a ver. Todos llegamos a ese momento en el cual tu infancia muere al igual que tu imaginación inocente y tierna.
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