El ciempiés doméstico tiene unas patas larguísimas que le dan un aspecto bastante intimidatorio. No obstante, su picadura no es más dolorosa que la de una abeja o un mosquito. Si un depredador agarra una de sus patas, el ciempiés la suelta y aprovecha para huir. La pata se sigue moviendo por su cuenta durante un rato, así que es un buen sistema de distracción.
El ciempiés doméstico tiene unas patas larguísimas que le dan un aspecto bastante intimidatorio. No obstante, su picadura no es más dolorosa que la de una abeja o un mosquito. Si un depredador agarra una de sus patas, el ciempiés la suelta y aprovecha para huir. La pata se sigue moviendo por su cuenta durante un rato, así que es un buen sistema de distracción.