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| - Melissa García se encontraba saliendo del cuarto de baño, para vestirse, ella tenía acordada una cita para las 2:45, no le sorprendía, aunque le gustaba conocer gente (incluso cuando la relación durara poco tiempo), había historias interesantes detrás de una persona. Melissa decidió que no necesitaba algo formal, sólo algo que fuera casual, al final se decidió por una playera Polo color azul marino y unos vaqueros azul claro. Se dirigió al cuarto de baño y conecto la secadora, el sonido de esta no dejaba oír a los autos afuera de su casa de verano, veía volar su cabello lacio de color negro, un poco de perfume y ya estaba lista. Estaba a punto de salir cuando recordó que estaba olvidando su bolso, era algo espacioso, de piel y rojo, ella lo usaba desde hace 5 años, según ella el bolso daba "suerte". -Tontilla- se dijo- Con que planeas hacerlo, ¿el tenedor? Después de decir esto, soltó una pequeña risa. Regresando al otro lado de la ciudad, Jack McCarthy le daba un último retoque a su peinado rubio, Jack portaba una camisa de manga larga de cuadros rojos y verdes, junto con unos pantalones negros, usaría la camisa blanca pero en ese momento esa estaba en la lavadora, como siempre, se ató a la muñeca su reloj, le gustaba ser preciso y rápido, así la víctima no le daba lástima. "Dos en un día", pensó, "Estas progresando". Por ultimo, antes de irse, tomo su chaqueta favorita y metió en la bolsa interior izquierda la navaja y en la derecha, la pistola, juntó con unas píldoras para dormir ya estaba listo. Jack entro al Mini Cooper y se puso en marcha, encendió la radio, empezó a sonar "Eye of the Tiger", era su canción favorita, empezó a cantar, eso lo inspiraba a hacer un mejor trabajo. Jack estaciono el Mini Cooper en el aparcamiento más próximo al restaurante, tenía planeado invitar a Melissa (La víctima) al restaurante italiano Luigi's. Jack llego a la recepción y aviso de la reserva a nombre de McCarthy, Jack acompaño al joven mesero a su mesa, en una esquina del restaurante, fuera de la vista, yacía la mesa junto con 2 sillas, Jack se sentó y ordeñó un vaso con agua, mientras esperaba a su "cita" el saco su libro,"El Psicoanalista" y empezó su lectura. Melissa llegaba en su Jetta plateado al aparcamiento, apago el motor y antes de salir reviso su bolso, ahí estaba todo: Un cuchillo con filo de 7 cm, un pequeño revólver algo viejo pero funcional, reviso el tambor del arma: Cinco balas. Y también llevaba un libro:"Eso", lo llevaba por sí se aburría. Llego a recepción y pregunto por McCarthy, el mesero la guió a su mesa. Melissa vio a Jack, ahí sentado, con la vista debajo. -Ahem- exclamo ella -Oh, lo siento, donde están mis modales- dijo Jack mientras guardaba el libro-Por favor siéntese señora García. -Gracias, un gusto verlo señor McCarthy- Dijo ella con una sonrisa disimulada. -Dígame Jack por favor- corrigió el -Esta bien, Jack, no has mencionado en que trabajas- dijo ella con curiosidad -¿Esto es un interrogatorio?- pregunto Jack en tono sarcástico, a Melissa no le agrado ese gestó, pero no dijo nada- Veras, soy coordinador en eliminación de desechos- dijo el inmediatamente, en tono confiado "Mentira", pensó Melissa, ella sabía detectar eso, y no le agradaba la gente mentirosa,"Strike uno" -Y tu, ¿En qué trabajas?- pregunto Jack, interrumpiendo los pensamientos de Melissa -Soy escritora de novelas- respondió ella, era verdad, en las noches se ponía a pensar frente a la máquina de escribir, Melissa era una persona muy creativa, no siempre en un buen sentido. -Fantástico- Respondió el- ¿Quieres ordenar? -Claro Su charla fue larga, Jack ocultaba parte de su vida y pasado, Melissa detectaba cada mentira como un error en un examen, Jack no le parecía a ella alguien agradable, ni siquiera por su acento y tono formal, ella podía asesinarlo en ese instante, alcanzar su bolso para sacar el cuchillo, clavárselo en su garganta y dejar que se desangre hasta quedar sin vida, o sacar el revólver y volarle la cabeza, salpicando todo el lugar con trozos de cráneo, sesos y sangre, ese pensamiento la satisfacía. Jack también tenía su plan. Llevarla a casa invitarla a pasar y atizarle con la navaja en la espalda, cortándole la piel y separarla del músculo, que quedara como un disfraz, o quizá ir por la barra de metal, golpearla en la mandíbula hasta que esta se rompiera, después las costillas para que estas se incrustarán en los órganos y le sangrarán a chorros. Pidieron la cuenta, Jack miro su reloj: 3:57. Se habían pasado una hora charlando en el restaurante, Jack esperaba ansiosa y pacientemente la hora para empezar, Melissa se sentía aliviada de que la plática terminara y se sentiría mejor al eliminar esa astilla que tanto le molestaba. -¿La llevo a su casa?- pregunto amablemente Jack -Me encantaría- respondió Melissa Ambos entraron al Mini Cooper, el Jetta lo recogería mañana Melissa, si es que todavía vivía. Jack se estacionó enfrente de la casa de verano de Melissa. -¿Quiere pasar? Puedo preparar café- Dijo ella -Gracias- respondió Jack con una sonrisa Melissa abrió la puerta y entro antes que Jack, camino lentamente hacia la sala de estar, Jack saco con silencio su pistola del bolsillo de la chaqueta. Si no hubiera sido por el espejo en la pared de la sala, a Melissa ya le hubiera faltado un cuarto de de cabeza. Rápidamente ella se agachó y busco en el bolso el cuchillo, Jack estaba a punto de apretar el gatillo otra vez hasta que sintió un dolor agudo y punzante en la rodilla, el cuchillo había entrado y salido pasando junto a los huesos. Jack soltó la pistola y se tiró al suelo, Melissa sacó su revólver y lo apunto a Jack. -No te muevas jo de puta- dijo mientras ponía el dedo en el gatillo. Antes de que Jack pudiera decir algo Melissa le dio una patada en la cabeza dejándolo inconsciente, en la frente de Jack se formaba un moretón, su nariz empezó a sangrar, ella busco en los bolsillos de la chaqueta y saco la navaja y las píldoras, estás las guardo en los vaqueros y empezó a tirar del cuerpo de Jack. Un rato después Jack despertó, su primera reacción fue ver su reloj:4:29. Analizo dónde estaba, el estaba atado a una silla de madera, los brazos atados atrás al igual que las piernas, la habitación era un garage, se podían ver herramientas de construcción colgadas y una mesa con planos a un lado, un bombillo colgaba sobre su cabeza con una luz brillante. La puerta de la habitación se abrió, era Melissa, llevaba puesta una chaqueta impermeable transparente, se empezó a poner unos guantes de látex. -Jack, buenos días dormilón, ¿dormiste bien?- pregunto ella en tono burlón y alegre. -Melissa, por favor no...- empezó a decir Jack hasta que fue interrumpido -No, no te voy a dejar ir, por favor calla- dijo en tono serio mientras le ponía cinta adhesiva a la boca de Jack -Sabes- continuo ella mientras tomaba un bisturí de la mesa- siempre quise ser cirujana, hacer cirugías plásticas, y hoy voy a practicar. Puso el bisturí bajo el mentón de Jack y empezó a hacer presion, Jack emitió gemidos, Melissa empezó a arrastrar el bisturí alrededor de la cara de Jack, haciendo un corte fino y delgado había un borde de sangre alrededor del rostro de Jack, entonces tomo la esquina del borde en el mentón y el de la frente, empezó a jalar la piel y le logró quitar el rostro. A Jack se le veía la parte muscular de su rostro, le chorreaba sangre de todos lados, esta le cayó a los ojos y empezó a gemir más fuerte. -Para quitar el dolor usamos alcohol- agarro una botella de 600 ml, la abrió y la esparció bruscamente por el rostro de Jack, este gemía y se agitaba, sentía que su cara ardía más fuerte que el mismo infierno, no lo podía soportar, deseaba estar muerto. Sin aviso Melissa agitó un recipiente con hormigas rojas sobre la cabeza de Jack, el sólo movimiento de estas caminando sobre el ya era insoportable, hasta que lo empezaron a morder. Con cada mordedura un pequeño hilo de sangre salía, algunas se metieron por la nariz de Jack, mordiendolo sin piedad y con prisa, el agito la cabeza para quitárselas, no funciono. Melissa reía a carcajadas con el sufrimiento del hombre, se sintió tan alegre y confiada que agarró el martillo de la repisa y le dio un golpe fuerte a la boca del hombre, se oyó una rotura y la mandíbula de Jack quedo colgando, mientras salía sangre a borbotones junto con restos de hueso. Melissa tiró otro golpe, esta vez en la frente, Jack ya no se movió, ya estaba muerto con ese golpe, no satisfecha, Melissa golpeó repetidamente la cabeza de Jack mientras esta paraba de crujir y se quedaba blanda. El garage estaba hecho un desastre, piezas de hueso, sangre en el suelo, hormigas dispersas, Melissa limpiaría mañana, subió a su habitación y se sentó frente a su máquina de escribir. -¿Y ahora, que sigue? Aguirron
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