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| - ¿Alguna vez han sentido que tu vida y la de otros cuelga de un hilo?.. Pues yo sí... Hace un año fui a una fiesta con mis mejores amigos, cerca de la discoteca, Sergio conocía una sala de póker (Nos encantaba ese juego). Así que, después de la fiesta, Sergio, Lucas y yo decidimos ir. Salimos de la discoteca y nos encaminamos rumbo a la sala de póker, pero, en la salida, mi hermano Ricardo (Que al parecer también estaba de fiesta) nos preguntó adonde íbamos, le contamos y nos preguntó si podía ir también. Al ser mi hermano no le podía decir que no, así que se nos unió y nos dirigimos a la sala de la que hablaba Sergio.
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| - ¿Alguna vez han sentido que tu vida y la de otros cuelga de un hilo?.. Pues yo sí... Hace un año fui a una fiesta con mis mejores amigos, cerca de la discoteca, Sergio conocía una sala de póker (Nos encantaba ese juego). Así que, después de la fiesta, Sergio, Lucas y yo decidimos ir. Salimos de la discoteca y nos encaminamos rumbo a la sala de póker, pero, en la salida, mi hermano Ricardo (Que al parecer también estaba de fiesta) nos preguntó adonde íbamos, le contamos y nos preguntó si podía ir también. Al ser mi hermano no le podía decir que no, así que se nos unió y nos dirigimos a la sala de la que hablaba Sergio. Al llegar a la sala Sergio fue a hablar con un sujeto con un aspecto bastante tenebroso que se encontraba afuera, mientras tanto nosotros lo esperamos a un lado de la calle. Al rato se nos acercó una señora de bastante edad, la cual nos advirtió de un peligro inminente, Lucas no le hizo mucho caso y menos mi hermano, pero yo me sentí un poco asustado por lo que me dijo. Éstas fueron sus palabras: -Cuídense del mal que hoy busca victimas para saciar su hambre - Y me dio una especie de amuleto. Lo acepté e intenté leer las inscripciones que tenía talladas, pero eran ilegibles. Levanté la mirada. La mujer se había ido. Lucas y mi hermano me dijeron que lo ignore. Fue entonces cuando Sergio nos llamó y, casi corriendo, nos dirigimos hacia él. Sergio nos invitó a pasar, todo se encontraba bien arreglado y pasamos a tomar asiento. Qué error. Comenzamos la partida apostando 50 dólares, los cuales fueron ganados por Lucas. Seguimos apostando y divirtiéndonos, cuando un televisor que estaba en la sala se prendió y empezó a sonar una voz: -Ahora jugarán una partida de póker con mis reglas. Sus pecados los han traído hasta aquí. Yo no entendía nada. Sergio intentó escapar forzando la única puerta que había pero le fue imposible. Miré mi celular pero no tenía señal. Lucas increpó a Sergio con no muy buenas palabras y casi se pelean. Yo los separé. Mi hermano nos dijo que la única forma era jugar la partida de póker. Le hicimos caso y nos sentamos a jugar. Era hora de mostrar lo que nos había tocado, yo tenía un casa llena, mi hermano un par de ases, Lucas un trío jotas y Sergio un par de nueves. Sergio se paró y tiro sus cartas al suelo, se empezó a mover inquieto de lado a lado cuando la única luz que había se apagó y se escuchó un alarido de Sergio. Se volvió a prender la luz pero ahora Sergio estaba colgando del cuello en un rincón, al parecer tenía las piernas rotas. Las cartas estaban perfectamente ordenadas en la mesa. Mi hermano empezó a gritar. Lucas nos llamó para decirnos que encontró una carta. La abrimos y estaba escrito con sangre: “Si juegas con fuego ten seguro de que te quemarás.” Mi hermano, asustado, nos propuso continuar con el juego, aceptamos y nos sentamos a jugar. Repartimos las cartas y me tocaba a mí mostrar las cartas: un par de reinas. Luego a Lucas quien tenía una escalera. Entonces mi hermano me miró y me dijo: - Te amo hermano - Bajando de su mano un par de 10 Llorando le grité - No te puedo perder- Le tomé de la mano Se volvió a apagar la luz. La fuerza endemoniada me quitó a mi hermano de la mano y se empezaron a escuchar sus alaridos. Cuando la luz se volvió a encender mi hermano se encontraba en el suelo todo ensangrentado y Lucas estaba colgando de los pies. Corrí en donde se encontraba mi hermano, vi que estaba vivo y lo abracé. Después me acerqué a Lucas a averiguar por qué le atacaron a él y vi que una carta se encontraba en el suelo. La abrí y, escrito con sangre, decía: “Nunca juegues con el diablo, él castiga a los pecadores y también a los tramposos”. Vi que Lucas tenía pegado su trío en la frente y deduje que había hecho trampa. La puerta se abrió. Corrí a recoger a mi hermano y salí de ese endemoniado lugar. En la puerta estaba escrito con sangre:” Lástima. Yo te quería llevar conmigo. Al parecer tienes alguien que te cuida”. Más tarde llegó la ambulancia y nos llevó a mí y a mi hermano. Él no lo logró. A un año de la tragedia, los medios han ignorado la noticia y por mi cuenta he tenido que contar la historia para que la muerte de Sergio, Lucas y en especial de mi hermano no sean en vano. Categoría:Demonios Categoría:Mentes trastornadas
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