Una vez existió una maestra que era muy bonita, pero por más bonita que fuera, ella también era bastante amargada con sus estudiantes. En su clase había un chico que se enamoró perdidamente de ella. La maestra sabía de esto y rompió su corazón, humillándolo por sus bajas calificaciones. El pobre muchacho no aguantó más y se suicidó. A la maestra no le importó lo sucedido y con una pluma roja tachó el nombre del estudiante.
Una vez existió una maestra que era muy bonita, pero por más bonita que fuera, ella también era bastante amargada con sus estudiantes. En su clase había un chico que se enamoró perdidamente de ella. La maestra sabía de esto y rompió su corazón, humillándolo por sus bajas calificaciones. El pobre muchacho no aguantó más y se suicidó. A la maestra no le importó lo sucedido y con una pluma roja tachó el nombre del estudiante. Un día la maestra se tuvo que quedar trabajando hasta tarde y cuando salió del salón, se encontró con que había un estudiante en el pasillo que le daba la espalda. Le pareció extraño que un niño estuviera allí a esa hora, así que lo llamó... Pero se desmayó al ver su rostro: era el chico que se había suicidado, con una cortada roja en la cara similar al tachón que ella había hecho sobre el nombre del estudiante. La mañana siguiente en la escuela encontraron a la maestra muerta en un casillero, con una marca roja en el cuello, señal de estrangulamiento y su nombre tachado con rojo en la libreta de docentes. Categoría:Fantasmas