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| - right|100pxright|100px En las zonas rurales del sur de Illinois, una empresa de juguetes comenzó a vender muñecas realistas a las mujeres embarazadas. Sin embargo, después de que la madre tuviera su bebé, el juguete comenzaba a llorar. Finalmente, el movimiento de balanceo no funcionaba para calmarlo y no se podía conseguir detener el llanto artificial sin agitar a la muñeca. Con el tiempo, el padre o la madre en cuestión tenían que golpearla, incluso llegando a aplicar mayor fuerza y contra la pared, puesto que el problema solo aumentaba.
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| - right|100pxright|100px En las zonas rurales del sur de Illinois, una empresa de juguetes comenzó a vender muñecas realistas a las mujeres embarazadas. Sin embargo, después de que la madre tuviera su bebé, el juguete comenzaba a llorar. Finalmente, el movimiento de balanceo no funcionaba para calmarlo y no se podía conseguir detener el llanto artificial sin agitar a la muñeca. Con el tiempo, el padre o la madre en cuestión tenían que golpearla, incluso llegando a aplicar mayor fuerza y contra la pared, puesto que el problema solo aumentaba. En más de una ocasión, los vecinos llamaban a las autoridades para reportar maltrato infantil, y cuando la policía arribaba, encontraba restos sangrientos de niños machacados contra la pared y el suelo. En la mayoría de los casos, la madre no podía entender por qué la policía estaba allí. "Solo me deshice de la muñeca estúpida", decía mientras balanceaba a la muñeca en sus brazos.
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