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| - thumb|400px|Lobos Lunares durante la Gran Cruzada. Las Cabezas Susurrantes eran un emplazamiento en medio de una cordillera excepcionalmente alta del planeta 63/19, tan alta que los humanos normales necesitaban equipos de oxígeno para subsistir. Fue precisamente en las Cabezas Susurrantes donde los últimos insurgentes del caído régimen de 63/19 tenían su bastión principal tras la conquista del planeta por parte de los Lobos Lunares. Según los mitos de 63/19, las Cabezas Susurrantes era el lugar del planeta donde la línea entre el mundo de los espíritus y el mundo real era más fina, el único donde los espíritus podían caminar por el mundo. Allí, en las cavernas, los rebeldes tenían los santuarios-estanque que se usaban para adorar a Samus, líder de éstos espíritus. Tras 6 semanas de infructuosas luchas, el capitán Garviel Loken, de la 10ª Compañía de los Lobos Lunares, relevó al Ejército Imperial en el combate y tomó el emplazamiento en poco menos de una hora gracias a las escuadras de Exterminadores. Durante todo el combate, cuantos estuvieron luchando allí oyeron a través de sus comunicadores, e incluso sin llevarlos, la voz de Samus.
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