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| - Los dos sabíamos que lo que habíamos hecho nos traería problemas, pero aún así no nos movimos de la torre. Apoyada en la balaustrada, puede ver en la oscuridad, como todos los agentes de policía se apeaban de sus respectivos coches, para correr en pos de los asesinos más sanguinarios de todos los tiempos. Aunque yo me burlaba de eso. ¿Cómo íbamos a ser los asesinos más sanguinarios de todos los tiempos, si no dejábamos ni rastro de sangre? ―Ya vienen―su gélido aliento me golpeó―Podemos irnos, dejarlos para siempre... solo tienes que luchar una vez más. ―¿Estás segura?
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| - Los dos sabíamos que lo que habíamos hecho nos traería problemas, pero aún así no nos movimos de la torre. Apoyada en la balaustrada, puede ver en la oscuridad, como todos los agentes de policía se apeaban de sus respectivos coches, para correr en pos de los asesinos más sanguinarios de todos los tiempos. Aunque yo me burlaba de eso. ¿Cómo íbamos a ser los asesinos más sanguinarios de todos los tiempos, si no dejábamos ni rastro de sangre? El dulce abrazo de mi cómplice me sacó de mis reflexiones. Al girar la cabeza, sus ojos dorados me recordaron lo que éramos; sus afilados colmillos me recordaron que yo también tenía unos; su piel blanquecina me hizo sentir lo mismo que sentí el día en el que no nos conocimos. ―Ya vienen―su gélido aliento me golpeó―Podemos irnos, dejarlos para siempre... solo tienes que luchar una vez más. ―No, lo que hicimos estuvo mal―acaricié su rostro, temiendo que con mi ruego, se desvaneciera en el aire, y me dejara sola―. Ni siquiera los Ancianos nos perdonaran. Me sonrió. Sentí sus labios sobre los míos, y una vez más aquella oleada eléctrica recorrió mi espalda; el beso fue tan frío como todos los demás, pero había algo diferente: una chispa de anhelo, de esperanza, de... ¿miedo? Me condujo por toda la estancia, yo no pude por menos que dejarme llevar; sentí las notas de un vals acariciar mis sentidos: el Medallón Maldito rozó nuestros cuerpos, hizo que comenzáramos su invocación, obligándonos a iniciar el baile de la muerte; haciendo que nos entrelazáramos en un abrazo mortal... ―¿Estás segura? Supe que se refería a pasar a otra dimensión, para más tarde, cuando incluso los Ancianos nos hubieran olvidado, volver. Lo atraje hacia mis labios tras decirle que sí. Giramos en torno al otro símbolo, parecido al Medallón, comencé a sentir la energía girar a nuestro lado, fría como la muerte... helada como nosotros. Tuve miedo. Nuestros corazones muertos bailaron en exclusiva para lo que estábamos invocando, fuera lo que fuese. La policía entró en la habitación. Creyeron sorprendernos, pero ya los habíamos escuchado. Me dormí con las palabras que él me susurró, decía que me amaba, que siempre estaríamos juntos... Algo tiró de nosotros violentamente cuando el inspector al mando, lanzó la primera bala que, por supuesto, no dio con su objetivo, ya que él y yo, nos desvanecimos, dejando nuestros cuerpos atrás, con una única certeza: volveríamos… d c «Volveremos» Categoría:Vampiros
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