Es un arma increíblemente psico-reactiva, aun en las cantidades más ínfimas, y la mera proximidad con su área de efecto, de unos tres metros de radio, basta para producir sus efectos ya que no hace falta que el compuesto liberado sea inhalado, lo que hace inútiles hasta las armaduras selladas.
Es un arma increíblemente psico-reactiva, aun en las cantidades más ínfimas, y la mera proximidad con su área de efecto, de unos tres metros de radio, basta para producir sus efectos ya que no hace falta que el compuesto liberado sea inhalado, lo que hace inútiles hasta las armaduras selladas.