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| - Charles Herman Prince, fue propietario de una tienda de cebos de Cantón y ministro manejador de serpientes, en 1985. Se le conocía como el "Rey de los Gusanos". Prince, reveló cómo se había arrepentido de su vida pecaminosa nueve años antes - "hasta el punto," dijo, "que lloré, recé y grité durante unos tres días". Creyó literalmente lo que la Biblia en el Nuevo testamento afirma: Prince dijo que estaba siguiendo los pasos de los Apóstoles, viajando entre los pobres y sanando a los enfermos; para él no tenía sentido hacerlo en la clandestinidad para eludir la ley.
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| - Charles Herman Prince, fue propietario de una tienda de cebos de Cantón y ministro manejador de serpientes, en 1985. Se le conocía como el "Rey de los Gusanos". Prince, reveló cómo se había arrepentido de su vida pecaminosa nueve años antes - "hasta el punto," dijo, "que lloré, recé y grité durante unos tres días". Creyó literalmente lo que la Biblia en el Nuevo testamento afirma: Estas señales acompañarán a los que crean: en mi nombre expulsarán demonios; hablarán en nuevas lenguas; tomarán en sus manos serpientes; y, cuando beban algo venenoso, no les hará daño alguno; pondrán las manos sobre los enfermos, y estos recobrarán la salud. El alguacil del condado de Haywood, Jack Arrington había confiscado serpientes en la tienda de cebos de Prince en Newfound Road, en Cantón, con el fin de probar si eran venenosas. Prince dijo que estaba siguiendo los pasos de los Apóstoles, viajando entre los pobres y sanando a los enfermos; para él no tenía sentido hacerlo en la clandestinidad para eludir la ley. El 18 de agosto de 1985, Prince fue mordido por una serpiente de cascabel y aunque la mano se le hinchó y el dolor era intenso, no quiso ser atendido en un hospital. Solo deseó que rezaran por él para así sanar completamente. Prince murió un lunes tras una terrible agonía. Se cree que George Went Hensley comenzó la práctica del manejo de serpientes durante el siglo XX en el verano de 1909 en una remota sección del sureste de Tennessee. En 1949, Carolina del Norte clasificó el manejo de serpientes como un problema público.
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