«Llegábamos en trenes infectos, nos desnudaban y sus perros nos mordían» Eso recordaba con lágrimas en los ojos Enric Marco evocando su paso por los campos de concentración de Flossenbürg y Mauthausen. Cualquier persona podría pensar que este hombre literalmente sufrió en carne propia las vejaciones de los nazis en tiempos de guerra hacia los judíos, con excepción de una sola circunstancia: eso nunca sucedió.
«Llegábamos en trenes infectos, nos desnudaban y sus perros nos mordían» Eso recordaba con lágrimas en los ojos Enric Marco evocando su paso por los campos de concentración de Flossenbürg y Mauthausen. Cualquier persona podría pensar que este hombre literalmente sufrió en carne propia las vejaciones de los nazis en tiempos de guerra hacia los judíos, con excepción de una sola circunstancia: eso nunca sucedió. Durante casi treinta años, este sujeto interpretó el papel de víctima del Holocausto y llegó a presidir la asociación Amical de Mauthausen, una plataforma desde la que realizaba un amplio trabajo divulgativo. Daba un promedio de mil conferencias anuales, en las que realataba, con todo tipo de detalles morbosos, las humillaciones por parte de los militares nazis.