Farfallen fue en una ocasión un mundo paraíso del Imperio de la Humanidad. Un gran número de nobles y ricos dignatarios de la Senda de San Evisser pasaban su tiempo relajándose en el adorable planeta, hasta que la Senda comenzó a deteriorarse y la gente comenzó a marcharse, con lo que la naturaleza del planeta comenzó a reclamar lo ocupado por los humanos.
Farfallen fue en una ocasión un mundo paraíso del Imperio de la Humanidad. Un gran número de nobles y ricos dignatarios de la Senda de San Evisser pasaban su tiempo relajándose en el adorable planeta, hasta que la Senda comenzó a deteriorarse y la gente comenzó a marcharse, con lo que la naturaleza del planeta comenzó a reclamar lo ocupado por los humanos. El mundo mantiene una pequeña población de humanos salvajes. Aunque el Imperio se ha retirado oficialmente de Farfallen, la Eclesiarquía aún mantiene un Salón del Recuerdo en el que almacenar y coleccionar todo el legado religioso de la Senda para la posteridad.