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| - No todos los Necrones despiertan del Gran Letargo en un estado tan saludable como cabría esperar. Algunos sufren daños físicos por haber pasado tantos años dormidos; a veces un fallo en el funcionamiento de las criptas de estasis conlleva una descomposición lenta, que pudre sus cuerpos mecánicos y erosiona las rutas engramáticas de sus mentes. Otros son infectados por el virus desollador, e involucionan hasta que su capacidad de raciocinio queda reducida a un ansia irrefrenable por devorar carne. También hay Necrones que despiertan de su letargo completamente intactos físicamente, pero con su psique echada a perder para siempre. Enfurecidos y desesperados por su existencia sin alma, se ven invadidos por un sentimiento de nihilismo. Ya no buscan la salvación de su alma, ni volver a tener cuerpos de carne y hueso como los que perdieron hace tiempo. Lo único que les interesa es matar a todo ser vivo. Estos últimos son los Destructores, los autoproclamados "heraldos del olvido". Los Líderes Destructores son los más maníacos de su especie. Esto se debe básicamente a que conservan un mayor intelecto que los Destructores Normales, y pueden utilizar toda esa terrorífica inteligencia en su búsqueda de conquistas galácticas. Esta eficacia es más letal aún debido a la completa falta de empatía de un Líder Destructor. Aunque pocos Necrones muestran ni una pizca de misericordia, los más inteligentes de entre ellos son al menos capaces de entender dicho concepto a un nivel intelectual. No así los Líderes Destructores, que hace ya mucho tiempo que se deshicieron de cualquier habilidad para empatizar con otras criaturas. Si toman prisioneros no es por honor o piedad sino por simple eficacia, pues hay miles de maneras en las que los cautivos pueden utilizarse como señuelos para atraer a una trampa a otros seres carnosos, algo en lo que los Líderes Destructores son verdaderos expertos. De hecho, incluso en una Galaxia tan rebosante de déspotas genocidas, los Líderes Destructores son considerados como enemigos especialmente horribles. thumb|left|334pxMientras otros matan por placer o al servicio de algún dios maligno, los Líderes Destructores llevan a cabo su sangrienta cruzada simplemente porque es su camino elegido. Para ellos "disfrutar" es otra emoción inútil, y el favor de los dioses no es más que una muleta con la que compensar las debilidades de la carne. Incluso los Líderes Supremos miran a los Líderes Destructores con una sensación de desconcierto. La mayoría sospechan que cuando toda la vida orgánica haya sido eliminada de la Galaxia, estos nihilistas congéneres se volverán contra los de su misma especie. Debido a esto muchos Líderes Destructores son marginados y parias, despojados de cualquier título o rango y obligados a habitar en la periferia de la civilización Necrona, no sea que su locura resulte ser contagiosa. Los Líderes Destructores son combatientes formidables, cuyo poder físico iguala al de los Líderes Supremos más poderosos. La mayoría prefiere el Dáculus o las Cuchillas de Vacío antes que las armas a distancia. A su horrible manera son como artesanos cuyas sangrientas obras se forjan en el fragor del combate. No hay florituras en su forma de combatir: cada uno de sus ataques persigue únicamente la máxima eficiencia. Extrañamente, esto suele significar que sus ataques son involuntariamente espectaculares. Si el Líder Destructor calcula que puede eliminar a tres enemigos más rápido con un solo golpe, así lo hará. Una criatura menor probablemente no se atrevería a lanzar un ataque tan arriesgado, pero para un Líder Destructor, capaz de calcular las probabilidades de éxito hasta el detalle más nimio, no hay riesgo alguno: sólo una certeza letal.
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