rdfs:comment
| - thumb|350px|La Última Defensa del Mundo de Rynn por los Puños Carmesíes. La invasión Orka del mundo natal de los Marines Espaciales del Capítulo de los Puños Carmesíes, el Mundo de Rynn, fue un desastre para el Capítulo. Entre los diversos relatos épicos de esa batalla destaca un evento particularmente extraño. Durante la campaña, Pedro Kántor, el Señor del Capítulo, encontró un Land Raider quemado y abandonado rodeado de cadáveres de Orkos y restos de vehículos pielesverdes. En el interior encontró más cuerpos de Orkos esparcidos por los controles y el habitáculo. Después de un largo interrogatorio al Espíritu Máquina del Land Raider, obtuvo la siguiente historia.
|
abstract
| - thumb|350px|La Última Defensa del Mundo de Rynn por los Puños Carmesíes. La invasión Orka del mundo natal de los Marines Espaciales del Capítulo de los Puños Carmesíes, el Mundo de Rynn, fue un desastre para el Capítulo. Entre los diversos relatos épicos de esa batalla destaca un evento particularmente extraño. Durante la campaña, Pedro Kántor, el Señor del Capítulo, encontró un Land Raider quemado y abandonado rodeado de cadáveres de Orkos y restos de vehículos pielesverdes. En el interior encontró más cuerpos de Orkos esparcidos por los controles y el habitáculo. Después de un largo interrogatorio al Espíritu Máquina del Land Raider, obtuvo la siguiente historia. Cuando un misil de defensa se estropeó y casi destruyó la Fortaleza-Monasterio de los Puños Carmesíes, aniquilando prácticamente a todo el Capítulo, el Land Raider Poder de Rynn sobrevivió a la explosión, la cual despertó el Espíritu Máquina del vehículo, que se puso en marcha para ejecutar las últimas órdenes recibidas: buscar y destruir. El Poder de Rynn tardó varias horas en poder salir de entre los restos de la fortaleza antes de iniciar la búsqueda de enemigos. Poco después, se cruzó con la vanguardia de una fuerza Orka y atacó inmediatamente con sus Cañones Láser y sus Bólteres Pesados, convirtiendo kamiones y buggies en ataúdes en llamas para los Orkos. Después de destruir aproximadamente treinta vehículos Orkos y perseguir a los tripulantes que habían conseguido huir del infierno, Poder de Rynn prosiguió su búsqueda. Durante tres días recorrió todos los alrededores de la Fortaleza-Monasterio en llamas, encontrando algunas patrullas Orkas que aniquiló rápidamente. Fue al caer la noche del tercer día cuando Poder de Rynn se encontró con todo un ejército Orko. Los Orkos quedaron confusos por el inesperado ataque de un único vehículo de ataque de los Marines Espaciales; y, en especial, por los metálicos gritos de guerra que emitía a todo volumen por sus altavoces exteriores. En medio de la oscuridad, los ojos y oídos artificiales del Land Raider eran mucho más precisos que la visión nocturna de los Orkos; por lo que, cuando estos retrocedieron tras el asalto inicial, Poder de Rynn atacó con gran determinación. Numerosos misiles y proyectiles hipercargados impactaron en el Land Raider, pero este siguió cargando, aplastando motos y Orkos bajo sus orugas. Sus armas rasgaban la oscuridad con destellos de rayos láser y ráfagas de Bólter Pesado, iluminando el campo de batalla con las llamas de los Dreadnoughts y las Lataz Azezinas destruidas. Los Orkos intentaron montar un contraataque, para el que su Kaudillo reunió a sus Guerreros y Nobles más valientes. Poder de Rynn detectó esta concentración de fuerzas y se dirigió directamente, y a toda velocidad, hacia el líder Orko, ignorando los proyectiles que rebotaban en su pellejo blindado mientras pasaba por encima de los cuerpos mutilados de los pielesverdes. Una vez agotada la munición del Bólter Pesado y con los Cañones Láser fundidos por haberlos disparado tan intensamente, Poder de Rynn utilizó la única arma que le quedaba: su tamaño y peso. Muchos Orkos huyeron de esta imagen de la furia del Emperador en cuanto se plantó delante de ellos con los reflectores iluminándoles directamente a la cara y los altavoces externos aullando a todo volumen plegarias al Emperador. El Kaudillo se mantuvo firme, disparando una y otra vez su tosca arma hasta que un disparo afortunado destruyó uno de los eslabones de la oruga de Poder de Rynn, que derrapó salvajemente. Inmovilizado, poco podía hacer cuando los Orkos subieron encima de su habitáculo con granadaz petatankez, con las que abrieron grandes boquetes en su piel de ceramita y adamantium. Pero Poder de Rynn todavía tuvo la oportunidad de una venganza póstuma. Abrió sus escotillas y la rampa de asalto y los Orkos subieron a bordo, ansiosos por descubrir qué podían obtener de su trofeo. En cuanto entraron, Poder de Rynn volvió a cerrar las entradas, partiendo por la mitad a muchos y atrapando al Kaudillo y a su escolta en el interior. Finalmente, Poder de Rynn sobrecargó su reactor, vertiendo plasma y gases venenosos en su interior e incinerando o ahogando a los pielesverdes que tenía dentro. Kántor ordenó que la posición de Poder de Rynn fuera determinada con toda exactitud y dejó una guardia junto a sus restos, jurando volver para recuperar el Espíritu Máquina y transferirlo a un nuevo cuerpo para que pudiera volver a luchar.
|