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| - Durante la Masacre de Londres fallece el joven Rey Manuel II de Portugal y Algarve, primo 2º de Eduardo VII, sin dejar descendiente. Los caldos revolucionarios habían tomado la sociedad portuguesa y no era ya posible frenar el empuje del movimiento republicano dando inicio a la definitiva revolución. Ni el Primer Ministro Francisco da Veiga Beirão ni la Reina Madre Amelia de Orleans pudieron contener los reclamos revolucionarios. La revolución republicana se inició el 4 de junio de 1910, con una pequeña revuelta militar en Lisboa, la cual se amplió a unidades de la marina de guerra que bombardearon el palacio real desde el estuario del Tajo. Aunque la revuelta republicana no disfrutaba de apoyo popular masivo, los monárquicos tampoco gozaban de simpatías suficientes para una oposición armada a la sublevación. Pronto se supo que las guarniciones de Oporto y el norte de Portugal, tradicionalmente monárquicas, habían acatado la recién proclamada República. Ante la falta de apoyo, la familia real parte al exilio en Reino Unido. Núcleos duros monárquicos intentaron resistir, con el apoyo de la aristocracia y algunos oficiales superiores, considerándose como "el último bastión" de orden contra el caos que se desarrollaría por todo el país si ganasen los republicanos. Se producen enfrentamientos armados en Lisboa, Oporto, Funchal, Amadora, Entroncamento y São João da Madeira. Todos los focos contrarrevolucionarios son vencidos en cuestión de días. El 13 de junio, se rindieron los monárquicos que aún resistían en el Castelo de Santa Maria da Feira en el Distrito de Aveiro, al sur de Oporto. En las posesiones portuguesas en la India (Goa, Damán, Diu, Dadrá y Nagar Haveli) si bien hubo acaloradas discusiones al conocerse las noticias, no pasó a mayores, a pesar de la situación imperante en la India Británica. El cambio de régimen transcurrió sin altercados en Azores, Angola, Mozambique, Macao y Timor Oriental. Pacificado finalmente el país, a mediados de julio se convoca a elecciones constituyentes, las que se realizan en septiembre. La Asamblea General Constituyente se reúne en Lisboa el 1º de Octubre. Se aprobó una constitución republicana, inaugurando un régimen parlamentario con escaso poder en manos del presidente y un sistema bicameral. La república provocó importantes fracturas en la sociedad portuguesa, especialmente entre la población rural de corte monárquico, los sindicatos y la Iglesia Católica. Incluso el partido republicano se encontraba dividido. En medio de la turbulencia, fue como primer presidente provisional de la República Portuguesa y nuevo Primer Ministro Joaquim Teófilo Fernandes Braga, del Partido Republicano Portugués.
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