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| - Categoría: Mitología religiosa Categoría: Reliquias religiosas Categoría: Reliquias bizarras Categoría: Reliquias falsas Mandylion (palabra griega bizantina no aplicable a otro contexto), Lienzo de Edesa o Imagen de Edesa son distintos nombres que se dan a una reliquia cristiana consistente en una pieza de tela cuadrada o rectangular en que se habría impreso milagrosamente el rostro de Jesús, siendo por tanto el primer icono (imagen) del cristianismo. Otro nombre con el cual se conocía la imagen de Edesa era Tetradiplon que significa en griego doblado cuatro veces, lo que es interpretado como una identificación entre esta reliquia y la Sábana Santa, a lo que también lleva la etimología siríaca propuesta para mandylion ("sudario"). Según la leyenda, Santa Verónica era una mujer piadosa que acompañó a Cristo mientras llevaba su cruz hasta el lugar de la crucifixión. Movida por su sufrimiento, limpió la cara del Hijo de Dios con una tela que, a partir de entonces, lleva en ella la huella de Su rostro. La tela fue llevada a Roma (donde supuestamente curó la enfermedad del emperador Tiberio) y, finalmente, llegó a las manos del papa Clemente I. Ahora reside en la basílica de San Pedro, pero no hay fotografías conocidas de esa tela y nunca se ha mostrado públicamente . Cualquiera que sea la verdad detrás del origen de la imagen, el nombre de Verónica parece derivar de la palabra latina vera que significa "verdad", y la palabra griega icono que significa "imagen". De manera significativa, la historia de Santa Verónica no llegó a ser ampliamente conocida hasta el siglo VI, y el nombre fue casi con toda seguridad atribuida a la santa en ese momento. El nombre parece haber sido acuñado por San Gregorio de Tours (d. 594 EC) y se aplicó también a la tela misma la que, al igual que las reliquias de la Vera Cruz, existía en múltiples versiones. Representaciones (generalmente pinturas) de la santa llevando su Verónica (o "vernícula") se volvieron bastante comunes a partir de la Edad Media en adelante. Irónicamente, dada la durabilidad aparente de la imagen, Santa Verónica es la santa patrona de las lavanderas. La tradición bizantina del "Santo Rostro" también surgió en el siglo VI. En esta versión, el Rey Abgaro de Edesa solicitó una imagen de Cristo de su archivero Hanaan, quien fue incapaz de suministrárselo. En lugar de ello, una imagen "no creada por manos humanas", milagrosamente apareció en un paño y se curó al rey de su lepra. Una variante de la historia sugiere que esta misma tela era el sudario de Cristo que había sido objeto de contrabando hacia Edesa tras la caída de Jerusalén en el año 70 y sólo fue redescubierta cuando Edesa fue reconstruida después de una desastrosa inundación en 525. Los bizantinos daban a la tela el nombre de Mandylion y se convirtió en el prototipo para todos los iconos posteriores de Cristo. El Mandylion permaneció en Edesa hasta 944 cuando fue trasladado a Constantinopla y recibida por el emperador en medio de una gran celebración. Pero el ejemplo más famoso de este tipo de reliquias es, sin lugar a dudas, la Sábana Santa de Turín (o Sudario de Turín), una tela antigua, impresa por ambos lados con imágenes de cuerpo entero de la parte delantera y trasera de un hombre con barba. El sudario de Cristo ahora pertenece a las autoridades papales y se encuentra en la catedral de Turín. A diferencia de la imagen Verónica, el sudario ha sido objeto de una gran cantidad de investigación y ya se ha demostrado su falsificación. No puede decirse lo mismo de la Verónica ya que no se han hecho pruebas sobre la tela debido a las restricciones impuestas por el clero.
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