aya, parece que después de tantos años viviendo en estos bosques voy a morir presa del anquilosamiento. Supongo que no pasa nada. Todos mis amigos murieron hace años. El único que queda es el pobre Meeko. Siempre fue un compañero leal y sé que podrá apañárselas sin ayuda. Espero verlo de nuevo algún día.