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| - El neurocirujano Ramón Carrillo fue designado primer secretario de Salud de la Argentina en 1946. Durante los primeros años de su gestión, la cercanía con el presidente Juan Domingo Perón se plasmó en múltiples eventos –lo cual daba cuenta de la confianza presidencial hacia el joven funcionario estatal– y en un presupuesto aparentemente ilimitado que permitió la creación de nosocomios y campañas sanitarias en diferentes lugares del país. Sin lugar a dudas la envergadura de la administración de Carrillo no tuvo precedentes en cuanto a las obras efectivamente realizadas.thumb En 1949 al crearse nuevos ministerios Carrillo pasó a ser ministro del área. Desde su cargo trató de llevar a cabo el un programa sanitarista que se dirigía hacia la creación de un sistema unificado de salud preventivo, curativo y de asistencia social de carácter universal en el cual el Estado cumpliría un papel preponderante. Si bien tropezó con grandes obstáculos "la acción gubernamental comportó un mejoramiento sustantivo en las condiciones de la salud pública". Uno de esos obstáculos lo constituyó la constitución o el afianzamiento de las obras sociales de los sindicatos, especialmente aquellos con mayor número de afiliados tales como los ferroviarios y los bancarios, y otro fue la actividad de la Fundación Eva Perón que en ciertas áreas se superponía con las de Salud Pública; ambos factores conspiraban contra el proyecto unificador de Carrillo.thumb|202px Entre los aspectos más salientes de la gestión de Carrillo se destacó la centralización de instituciones sanitarias, la erradicación del paludismo gracias al uso del DDT, la duplicación en el número de camas dentro del sistema hospitalario, la creación de nosocomios, la disminución de la tasa de mortalidad infantil y la realización de campañas educativas. El número de camas en hospitales que era de 66.300 en 1946 (4 cada 1000 habitantes) pasó en 1954 a 131.440 (7 cada 1000 habitantes). La mortalidad infantil que era de 80,1 por mil en 1943 bajó a 66,5 por mil en 1953 y la esperanza de vida que era de 61,7 años en 1947 subió a 66,5 años en 1953. El primer gobierno peronista no estuvo exento de los avatares políticos que genera la aparición de brotes epidémicos. Las escasas muertes ocasionadas por la peste bubónica y la viruela no causaron tanto pánico como en épocas anteriores. En el caso de la peste y la viruela, la combinación entre la inmunización por vacuna, el aislamiento por medio de los cordones sanitarios y las obras de infraestructura urbana moderó las secuelas de dichas enfermedades. Categoría:Política sanitaria (Ucronía Peronista) Categoría:Ucronía Peronista Categoría:Países (Ucronía Peronista) Categoría:Argentina (Ucronía Peronista) Categoría:Juan Domingo Perón (Ucronía Peronista)
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