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| - Tenía 16 cuando fui de vacaciones con unos familiares en Alabama. Ellos tienen una enorme granja cerca de Huntsville, con una casa enorme y una buena cantidad de remolques distribuidos por todo el bosque para acampar y cazar. Un primo sugirió que fuéramos a uno de ellos para acampar. Como yo soy de Chicago, recibía muchas burlas de mis primos de Alabama. Reunimos comida y provisiones para poder pasar unos días acampando en el bosque. Cuando llegamos al campamento, el aire se sentía con un aroma eléctrico, como cuando sabes que viene una tormenta. Ignoramos por completo el hecho y desempacamos. A medio día fuimos a un pequeño estanque a nadar por unas horas. De pronto, detrás de los arbustos salió un tipo mayor y un adolescente. El tipo llevaba una escopeta colgada del brazo y nos preguntó que qué hacíamos tan dentro del bosque. Le explicamos acerca de mi tío, quien él resultó conocer, y le contamos nuestro plan de acampar. El nos comentó que deberíamos de ser muy cuidadosos y quedarnos juntos porque había un animal grande en las cercanías. Su hijo, que tenía mi edad, pidió permiso para acompañarnos y se lo otorgaron. Al final de la tarde éramos 5 chicos y 6 chicas de entre 15 y 17 años. Tanner, el hijo del señor de la escopeta, nos dijo que iba a ir por sus cosas para acampar con nosotros. Nos dijo que su casa estaba a espaldas de la propiedad de mi tío. Mi primo Rooster se ofreció a acompañarlo ya que se estaba haciendo oscuro. Una de las muchachas también se quiere ir caminando con ellos. Eran alrededor de las 7 de la noche por lo que agarraron unas lámparas y salieron hacia la casa de Tanner. Como media hora después, empezamos a percibir el aroma eléctrico como a ozono. Se sentía más fuerte que el humo de la fogata. Era un olor metálico, como justo después de que tuviste una hemorragia nasal. No era exactamente como sangre seca. Era casi como el olor a la sangre hervida. De inmediato pensamos que pudiera ser algo quemándose en la fogata, o alguna parrilla dentro de los remolques que se hubiera quedado encendida. Buscamos dentro pero no había nada que emitiera ese desagradable aroma. De pronto pudimos escuchar gente correr hacia nosotros desde lo oscuro del bosque. Cuando llegaron a la luz nos dimos cuenta de que eran Tanner, Rooster y la otra muchacha que había ido con ellos. Sin embargo no se detuvieron hasta que entraron al remolque. La situación nos espantó lo suficiente como para correr dentro del remolque también. Mi primo Rooster estaba llorando. Mientras afuera el fuego comenzaba a extinguirse por lo que mis otros primos deciden ir a un cobertizo cerca de los remolques para conseguir un generador de corriente. Tanner les dice: “¡No! Nadie sale de este tráiler a esta hora, hay que asegurar la puerta” Se le ven los ojos rojos, como si hubiera estado llorando también. Nos platicó que al llegar a su casa, su padre le dijo que se regresaran con cuidado y que se llevaran uno de los rifles por si acaso. Evidentemente, Tanner había visto algo en su patio algunos días atrás, además de que una mañana uno de sus cerdos había amanecido abierto en canal y a medio comer. El pensó que pudiera haber sido un coyote por lo que le dijo a su padre que no era necesario llevarse el rifle, ya que esos animales no tienden a atacar a la gente. Finalmente Rooster dejó de llorar, mientras que la otra muchacha estaba tranquila pero mirando hacia afuera por la ventana con una mirada perdida. Rooster nos platicó que ya estaban a medio camino de llegar con nosotros cuando empezaron a escuchar cosas en el bosque. Estaba completamente oscuro en ese momento por lo que no pudieron discernir que era. La muchacha interrumpió diciendo que cuando escucharon los ruidos, todos alumbraron hacia el origen de los mismos. A lo lejos distinguieron a alguien parado en el bosque. Rooster nos dijo que le habían gritado, preguntando que quien era y porque los estaba espantando de esa manera. En ese momento se dio cuenta que esa persona les estaba dando la espalda. Decidieron seguir caminando cuando comenzaron a percibir el aroma metálico, como a sangre hervida. En ese momento voltearon y vieron a la misma persona parada cerca del camino. Les seguía dando la espalda. Ahí comenzaron a caminar con mayor prisa, mientras Tanner se arrepentía de no haber llevado el rifle. Mientras cuentan su historia, el olor a sangre hervida dentro del remolque se hace más penetrante. Contaron que después de que comenzaron a caminar más rápido, se empezó a escuchar un murmullo sin sentido que salía de ambos lados del sendero. Mientras estaban aproximándose al remolque, la chica alumbró hacia dentro del bosque y vio algo escapando de la luz hacia dentro de los arboles. El murmullo sin sentido seguía cada vez más fuerte y justo cuando podían ver la luz de la fogata, algo había salido de entre los árboles casi a 40 metros detrás de ellos y simplemente habían tenido que correr hacia el remolque. En ese momento todos nosotros comenzamos a discutir si es que serian algunos locales tratando de jugar una horrible broma o en verdad había algún animal peligroso en la cercanía. Mi otro primo, Junior, recordó que en la escuela había tenido un compañero que tenía ascendencia nativo americana y que le había platicado acerca del Goatman. Rápidamente le dijimos que se callara porque no era el momento de hablar de cosa de miedo, pero él siguió. Comentó que el Goatman u Hombre Cabra era una creatura que vivía en el bosque y bla bla bla. En ese entonces nunca había escuchado acerca del Goatman, pero unos cuantos años después (el año antes de graduarme de la universidad tuve un compañero de cuarto menonita al que le pregunté al respecto. En resumen me dijo que el Goatman es como un hombre con cabeza de cabra que puede cambiar de forma y que le gusta inmiscuirse ente grupos de personas para aterrorizarlos. Se supone que es como el Wendigo, y que es de mala suerte siquiera hablar de él, mucho peor si lo llegas a ver. Recuerda que yo ignoraba esto cuando pasó lo que estoy contando. Así que mi primo seguía hablando. “El Goatman va a entrar y nos va a atrapar”. A estas alturas las chicas están todas espantadas y mis primos y yo estamos tratando de discernir si son algunos pueblerinos o algún animal. De pronto el olor se esfuma. Hasta el momento no he experimentado nada parecido. Usualmente los olores se van debilitando y aminoran, pero este literalmente estaba en un segundo y al siguiente ya no. Son casi las 10 de la noche y el temor se nos ha disminuido lo d=suficiente para salir y avivar la fogata. Llegamos a la conclusión de que eran algunos idiotas tratando de jodernos por lo que decidimos que sería más peligroso regresar a casa a esta hora por el temor que nos persigan o alguna mierda jodida. Ya nada más raro pasa esa noche por lo que acordamos quedarnos otra noche más. Alrededor de la 1 de la madrugada de la segunda noche, estábamos afuera alrededor de la fogata contando cuentos de fantasmas y emborrachándonos, cuando uno de mis primos termina de contar una de sus historias y el olor regresa. Esta vez es tan penetrante que una de las chicas comenzó a vomitar. Me puse de pie y de verdad podías sentir el aire enrarecido. Les digo que nos metamos al remolque y que esto no está nada bien. Me arrepentí de no habernos ido. Ya dentro del remolque mi primo siguió diciendo que era el Goatman mientras que Rooster trataba de hacerlo callar. Yo sentía que algo andaba mal, pero no podía discernir qué. Estábamos todos sentados dentro con el olor alrededor de nosotros, todos espantados. Finalmente me puse a asar unas salchichas en la estufa del remolque. Eran de esas que vienen en paquetes de 4 y teníamos 3 paquetes. Preparo hotdogs y le doy uno a cada uno incluido yo. Después de un rato mi primo se fue a la estufa a hacerse un hotdog. Al ver que ya no había salchichas comenzó a refunfuñar que como era posible que yo me comiera dos hotdogs y todos los demás uno. Le dije que no fuera estúpido, que todos nos comimos uno porque habían 12 salchichas y que si quería hacerse más hotdogs consiguiera otro paquete. Ahí es cuando la chica que había salido con Rooster y Tan comenzó a gritar. -“¡Oh Jesús! ¡Oh Dios mío! ¡Sáquenlo de aquí!” Estaba llorando y temblando. En ese momento mi primo se dio cuenta de qué era lo que estaba mal. El y yo vimos alrededor del cuarto, al terminar sentí que mi corazón se hundía hasta el suelo. Salí corriendo del remolque seguido de la chica que lloraba. Todos nos siguieron desconcertados. Uno de los amigos de mi primo le preguntó que mierdas nos pasa. Yo comencé a contarnos. Ahora éramos 11 nada más. Siempre fuimos 11. -“Te juro que no te estoy jodiendo” Mi primo hizo el conteo también. Había habido 12 personas en el remolque, pero como no nos conocíamos todos tan bien, nadie se había dado cuenta de que había una persona de más entre nosotros. Ahí recordé que me había dado cuenta de algo raro anteriormente. Así como cuando te estás divirtiendo y no te das cuenta de todo. Estaba (y aún estoy) completamente seguro de que había alguien más en el remoque con nosotros. Y que había estado con nosotros desde la mañana, todo el día, comiendo y bebiendo con nosotros. Lo peor es que podía saber quién porque no creo que nadie haya interactuado directamente con esa otra persona en todo el día. La muchacha seguía rezando mientras nosotros estábamos sentados afuera. Eventualmente nos armamos de valor y unas ramas y nos metimos al remolque. No había nadie ahí. Contamos a los presentes una vez más y seguíamos siendo 11 personas. Ahí fue cuando les explicamos lo que había pasado. La muchacha que lloraba, Keira, nos dijo que también se había dado cuenta, pero que cuando iba a decir algo, la persona sentada junto a ella le agarró la pierna y le susurró algo al oído. Algo que no pudo entender. Regresamos al remolque todos espantados para pasar la noche. Cuando me desperté, el sol acababa de salir. La mitad estaba dormida mientras que la otra mitad estaba empacando sus cosas. Todos nos queríamos ir de ahí, pero 4 personas querían esperar hasta que el sol estuviera más alto. Otros querían quedarse. Yo solo quería largarme del pinche bosque. Le pregunté a Keira si ella pensaba que era real y me dijo que ella se quería ir, que no quería estar en el bosque otra noche. Así que decidimos separarnos. Los 4 que se quieren ir se podían ir pero yo me tenía que quedar porque tenía las llaves del remolque y tenía que cerrar todo. En ese momento estaba súper enfadado porque sentía que algunos no estaban tomando esta situación en serio y yo definitivamente no quería pasar otra noche en el bosque. Me pase el resto del día tratando de convencer a los que se quedaron, 4 chicas y 3 chicos, para que nos fuéramos de inmediato. Tanner se fue con los otros para ir por su rifle y nos prometió que regresaría. Eran las 4 de la tarde y habíamos 7 personas en total. Eran las 5 de la tarde y Tanner no había regresado. Estábamos muy ansiosos y la única razón por la que deje de querer de convencerlos es porque Tanner traería un arma. Casi a las 6 uno de mis primos se asomó por la ventana y nos dijo que Keira estaba ahí afuera. Nos abalanzamos a las ventanas y claramente la vimos ahí, parada cerca de la fogata dándonos la espalda. Me pregunté por qué habría regresado si estaba tan asustada. En eso sentí algo horrible en mis entrañas. En todo este tiempo el olor a sangre hervida no había estado presente. En ese momento podía sentirlo vagamente. Cuando les dije a todos lo que olía, ellos comenzaron a reírse y a preguntar que si era una broma que había ideado para espantarlos. Yo los veía seriamente al tiempo que des decía que no era una puta broma. Una de las chicas sale para traer a Keira pero se queda inmóvil entre ella y el remolque. En ese momento Keira empieza a moverse de forma extraña. No sabría como explicarlo claramente pero es como si alguien se estuviera carcajeando de espaldas si hacer ningún sonido. Ahí me di cuenta de que no había ningún otro sonido en el bosque. Estaba todo en silencio absoluto. Te estoy diciendo que esto pasó a finales de Septiembre, por lo que era normal que escucharas algún ganso graznar u otro tipo de pájaro o ardillas. Así que me asome a la puerta y le dije a la chica que regresara al remolque en ese puto momento. Ella regresa sin darle la espala a Keira y cerramos la puerta con cerrojo. Bajamos también todas las cortinas, excepto una, y pongo a uno de los chicos a vigilarla. 20 minutos después el chavo se voltea para decirnos que ella seguía ahí, en ese instante hay un golpe fuertísimo en la puerta. Todos saltamos asustados y tratamos de escondernos dentro del pequeño remolque. En ese instante escuchamos a Tanner gritar desde afuera. -“¡Déjenme entrar! ¡Maldita sea, no estén jugando y déjenme entrar!” Así que abrí la puerta y él entró a tropezones con un rifle. Afuera no había nadie más. Obviamente había caminado hasta el campamento. Nos comentó que no vio nada raro en el bosque, pero al llegar al claro donde estaba el campamento vio a una chica que no se parecía a Keira en lo mas mínimo. Ella volteo con un semblante desencajado y se quedó mirándolo fijamente, siguiéndolo con la mirada mientras Tanner le sacaba la vuelta para llegar al remolque. Comentó como cuando estaba casi por llegar al remolque se dio cuenta que la chica se estaba acercando. Al principio estaba cerca de la fogata y sin que el viera que se estaba moviendo, ella había girado completamente hacia él y estaba un poco más cerca. Ahí fue cuando decidió correr hacia la puerta esperando encontrarla abierta, pero al encontrarla cerrada volteó hacia la muchacha y ella estaba en la misma posición, pero a la mitad de distancia que estaba antes. Tras contar esto Tanner miró alrededor y se puso algo pálido. Me jaló hacia un rincón y me susurró: -“¿Ya te diste cuenta que hay siete personas aquí, verdad?” Sentí como si mis pelotas se hubieran caído al suelo. Esa cosa había estado adentro del remolque cuando estábamos decidiendo quien se iba y quien se quedaba y luego cuando fuimos afuera a platicar en la mañana se había colado otra vez. Miramos por la ventana y no había nadie afuera. Así que volvimos a contarnos todos. Básicamente les pregunté cuántas personas habíamos cuando se fueron los primeros. Todos responden que 8. Luego les pregunté cuántos había ahora. Todos cuentan y responden que 7. Tanner había traído su rifle y una caja de municiones. Le dijo a su padre que había un animal allá afuera en el bosque porque pensó que no le iba a creer si le decía que se refería al Goatman. Luego nos dijo que su primo también vendría para que en la mañana nos acompañara para irnos de este maldito lugar. En ese momento estaba completamente aterrorizado, pero al menos me sentía mejor porque teníamos un arma y podíamos disparar a cualquier cosa que se atreviera a regresar. En ese momento mi primo comenzó a discutir con una de las muchachas porque ella seguía segura de que era una broma de mi parte y que se estaba pasando de la raya. Él le decía que yo no era ese tipo de personas entonces ella dijo que si en verdad existía el Goatman, cómo estábamos seguros de que no había matado a Tanner y tomado su apariencia y su arma. Todos comenzamos a discutir de lo peligroso que es que una persona pueda meterse entre nosotros sin que nos demos cuenta y además jodernos psicológicamente Tras la discusión nos dimos cuenta que el sol estaba por caer. Una de las chicas se puso histérica y quería irse en ese momento, así que la discusión se acaloró nuevamente pero esta vez tratando de hacerla entrar en razón de lo peligroso que sería salir en medio de la noche. Un rato después llegó el primo de Tanner con otro rifle y una lámpara de mano de uso rudo. Él tenía como 19 años o al menos se veía más viejo que nosotros. En esos momentos el sol ya se había escondido en el horizonte y solo se podía ver por el reflejo naranja que deja el atardecer. Todos le preguntamos a Tanner si estaba seguro de que era su primo y él respondió afirmativamente. Antes de entrar, el tipo miró atrás de él, y luego alrededor del campamento. Se le veía algo confundido cuando nos voltea a mirar a todos. Luego nos dijo: “-¿Dónde está su amiguita? Creí que nos encontraríamos en el remolque. ¿Es algo lenta o que pedo?” También nos preguntó que si habíamos estado hirviendo sangre en el remolque porque olía por todo el camino. Todos estábamos asustados en ese momento pero alcancé a preguntarle acerca de la chica de la que hablaba. Nos dijo que había llegado por el mismo sendero que llegó Tanner y que en el camino vio a “uno de nosotros” parada en medio del sendero. Ella se veía ligeramente distinta. Le preguntó varias cosas pero ella solo se le quedó viendo. Después le sonrió y siguieron caminando. Ella parecía que no agarraba el ritmo de la caminata y se quedaba atrás. Le preguntó que si estaba lastimada o si necesitaba ayuda, pero ella solo lo miraba. Eventualmente llegaron a una parte donde el camino se curvaba. Nos dijo que volteó para ver si la chica estaba bien y de pronto ella ya no estaba. Asumió que habría tomado algún atajo hacia el campamento. Nosotros le contamos acerca de lo que había ocurrido los días anteriores. Yo esperaba que nos tomara de a locos, pero él se quedo ahí escuchándonos. Después nos dijo que como la chica se atrasaba mucho, el decidió caminar de manera que ella estuviera frente a él. Pero sin importar que tan lento caminara, ella siempre parecía atrasarse. Después nos hablo de ese olor nauseabundo y de cómo se hacía más fuerte entre más se acercaba al campamento. Nos platicó que ella murmulló algo pero que no pudo entender y cuando volteó para preguntar, la chica estaba justo detrás de él por lo que tuvo que retroceder. Ahí fue cuando le preguntó que si estaba bien y que si ocupaba ayuda. Dijo que trató de agarrarla de un hombro pero que “no debió de medir bien la distancia” porque le paso de lado, como si ella se hubiera movido mientras él la seguía viendo fijamente. A este punto nosotros sabíamos que todo era real, a menos que Tanner nos estuviera jugando una broma. Pero era improbable ya que él también estaba asustado hasta la medula. Así que cargaron sus rifles, comimos un poco más y nos quedamos ahí como hasta las 11 de la noche. Hasta este momento aun deseo que solo haya sido una broma de parte de mis primos y que se guardarán el secreto toda mi vida para que me cague siempre del miedo. A esa hora, el olor se incrementó tanto que no solo olía a sangre quemada sino que también olía a pelos y huesos en llamas. Tanner y su primo, Reese, se pusieron de pie inmediatamente preparando sus rifles. Escuchamos algo entre un golpe y un rasguño en la puerta, y les juro que no es broma, también se escuchó una voz que sonaba como esos videos en Youtube donde gatos o perros “hablan” entre aullidos y maullidos. Cómo el gato de “Oh Long Johnson” pero esta cosa decía en una voz muy rara: “Déjenme entrar. Maldita sea, no estén jugando y déjenme entrar” Sentí como si los huevos se me hubieran subido a la garganta y una de las muchachas se puso a rezar entre sollozos. Obviamente no era una persona la que hablaba. No tenía el ritmo adecuado, no me había dado cuenta hasta ese momento, pero todas las personas tienen un ritmo para hablar. Sin importar el idioma que hablen, todos hablan con cierto ritmo o cadencia. Esta cosa no tenía ni ritmo ni cadencia. Sonaba como un animal imitando los sonidos humanos. Eso era lo que sonaba detrás de la puerta. Así que en ese instante nos invadió totalmente el terror por lo que comenzamos a gritar que quién estaba ahí afuera y que dejaran de molestarnos. Esta cosa solo repetía “Entrar” y “Maldita sea” por casi 15 minutos. De pronto el olor se hizo más débil y por casi una hora o más podíamos escuchar a algo rodeando el campamento entre los arbustos. Cada ciertos minutos regresaba a la puerta y “decía” algo. Finalmente el olor despareció por completo, casi a las 2 de la madrugada. Reese se había desesperado y salió del remolque con el rifle en la mano. Disparo al aire y grito algo así como “En el nombre de Dios, aléjate” o algo parecido. Luego disparó dos veces más. En ese momento escuchamos como desde los arboles hasta el rio una onda de murmullos sin sentido y el ulular de búhos. De pronto el murmullo se convirtió en gritos desgarradores como de una mujer o un gato en cerrado en una bolsa o todo junto. En verdad nunca había escuchado nada parecido en mi vida. Escuchamos como se agitaba algo entre los arbustos. Reese disparo en esa dirección y comenzó a regresar al remolque Una vez dentro, metimos cerrojo a la puerta y pudimos escuchar como esta cosa gritaba y se quejaba. Reese dijo que algo había salido arrastrándose desde el bosque y que le había disparado. En resumen así fue como siguió la noche. Esa cosa gritando por casi 2 horas mientras que escuchábamos cómo se movía entre los matorrales. Nunca regreso a acercarse al remolque hasta que finalmente todos nos dormimos. Tanner se había sentado en una silla mirando hacia la puerta con su rifle. Nadie más escucho o vio nada, pero él me comentó dos días después, una vez que todos estaban calmados. Me dijo que esa noche, él estaba cabeceando en la silla cuando los gritos terminaron. Casi se había quedado dormido cuando vio a alguien salir del baño, acostarse en el suelo y quedarse dormido. Pensó que era alguno de nosotros y que no se había dado cuenta cuando entraron al baño por lo mismo de que estaba cabeceando. Luego sintió que algo no estaba bien, así que mientras se hacia el dormido nos contó. Había 9 personas en el remolque. Básicamente no quería dispararle a esa cosa para evitar que nos asesinara a todos o que Reese se despertara y nos termináramos disparando entre todos. Así que se quedo despierto toda la noche pretendiendo estar dormido. La “persona” que había salido del baño constantemente titiritaba los dientes, o se agitaba como carcajeándose sin reír y después se quedaba quieta. Mi historia termina algo débil porque yo ya no vi nada raro. Nos despertamos y me di cuenta que Tanner estaba algo inquieto y que evitaba vernos. Desayunamos, empacamos nuestras cosas y comenzamos a caminar hacia su casa. Él se ofreció a cerrar la casa y prometió regresarme las llaves del remolque, yo accedí gustoso porque lo que quería era sacarme a la chingada de ahí. Tanner me platicó que había una ventana en el baño que cerramos con seguro, pero en nuestra estupidez no vimos que no tenía vidrio. La ventana estaba abierta cuando él entro a cerrarla. Creo que eso es lo que estuvo haciendo esa cosa todo el tiempo. Esperaba para que nos durmiéramos y se metía entre nosotros. Tanner me contó que esa cosa camino casi todo el camino de regreso y luego comenzó a quedarse atrás. En un punto Tanner volteó a ver que él estaba completamente parado mirándolo fijamente a los ojos. Y así viendo a Tanner a los ojos, se fue caminando hacia el bosque hasta que se perdió de vista. Categoría:Lugares Categoría:Animales
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