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| - Detección de contaminación o adulteración de la miel. Para comprender cómo hoy en día resulta posible distinguir mediante un análisis de laboratorio si un azúcar proviene de una planta melífera o de un sustituto artificial debemos introducirnos en algunos conceptos de fisiología vegetal y de química. Las plantas toman el anhídrido carbónico del aire y mediante el proceso de fotosíntesis fabrican azúcares. En el reino vegetal existe un grupo de plantas que fijan ese anhídrido carbónico en compuestos de tres átomos de carbono y son las denominadas plantas C3. Todas las especies melíferas pertenecen a plantas C3, denominadas planta con flores son denominadas Dicoltiledoneas. En contraposición, existe otro grupo de plantas más evolucionadas, denominadas plantas C4, que fijan el anhidrido carbono en moléculas de cuatro átomos de carbono. Dentro de las plantas C4 se encuentran el maíz y la caña de azúcar, especies de donde se originan los dos alimentos más comúnmente ulilizados en la alimentación artificial de las abejas: los jarabes de maíz y el azúcar de caña. Estas plantas con flores son denominadas Monocotiledoneas. La gran parte del carbono que constituye las moléculas orgánicas de los seres vivos es el denominado Carbono 12. Sin embargo, existe también en todos los cuerpos de los seres vivos una pequeña porción de átomos de carbono denominados Carbono 13. Sorprendentemente, las plantas melíferas (plantas C3) producen azúcares con una proporción Carbono13/Carbono12 menor que las plantas C4 como la caña de azúcar y el maíz. Por ello, mediante análisis de laboratorio se puede detectar la presencia aún de pequeñas cantidades de jarabes artificiales en la miel. Causas de contaminación y adulteración de la miel. La presencia de jarabes de maíz o de azúcar de caña en la miel puede tener diferentes orígenes:
* La adulteración deliberada por parte de operadores del comercio de la miel o de apicultores que inescrupulosamente agregan en forma directa a la miel sustitutos artificiales de menor valor. El sustituto utilizado para la adulteración es el jarabe de maíz de alta fructosa.
* La alimentación de colmenas durante el flujo de miel con la deliberada intención de aumentar la cosecha pensando que el pasaje de estos sustitutos por el sistema procesador de néctar de la abeja pueda encubrir la adulteración. Ello no es así y esta inescrupulosa práctica de algunos apicultores puede ser fácilmente detectada en el laboratorio tanto si se realiza con jarabes de azúcar de caña como de maíz.
* Finalmente, y sin ninguna mala intención, el apicultor puede alimentar sus colmenas en exceso los días previos a la mielada. De esa manera genera reservas que no son consumidas por la abeja y que pueden contaminar la miel. Hablamos en este caso de contaminación y no de adulteración porque la cantidad de sustitutos artificiales que pueden llegar a la miel es cuantitativamente mucho menor a los casos de adulteración deliberada e inescrupulosa descriptos en los dos primeros incisos. De todos modos, como a los apicultores decentes y cuidadosos de su noble producto no les interesa ser confundidos con otros de diferente comportamiento, deben ser muy cuidadosos con la alimentación artificial los días/semanas previas al ingreso principal de néctar.
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