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| - Cinta MSF.png Personaje propietario Participante/s Misión relacionada Categoría Disponible La llamada es una cinta presente en Metal Gear Solid: Peace Walker. Consiste en una grabación de una llamada entre Kazuhira Miller y Cipher, revelando que Kaz trabajaba en secreto con Zero, y que tanto Eli como David podrían ser usados como "póliza de seguros" para obligar a Big Boss a unirse a Cipher. A pesar de que se escucha a Kaz y a Zero, la voz de éste último no es clara; no se entiende lo que dice.
- Rook recibe una llamada de la academia de plomeros
- Si se lo preguntan mi nombre es Emilia Elizabeth Werning De los Monteros pero todo lo tormentoso de mi vida ocurre justamente desde ese día "10 de Noviembre de 1995" que de no ser por la llamada que recibí aún estaría con Él, el amor de mi vida. Si quieres saber de quien estoy hablando y de las cosas que tuve que vivir, acompañame en mi historia y pon mucha atención porque de esto te llevarás una gran lección- "La llamada"
- La patrulla policial se estacionó frente a la casa. Algunos vecinos salieron a curiosear, murmurando entre ellos. Bajaron de la patrulla la agente Laura y su compañero el agente Claudio. Observaron a los vecinos curiosos y se miraron. Claudio dijo en voz baja:thumb - Sí. Es casi seguro que su vecina está muerta -opinó Laura-. Bueno, vamos. Tocaron el timbre, nadie respondió. Intentaron varias veces sin obtener resultado. Laura bordeó la casa y espió por una ventana cuya cortina se encontraba media descorrida. - Creo que es mejor que me retire, sí. Pero el informe… - Yo me encargo -afirmó Claudio.
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| - Cinta MSF.png Personaje propietario Participante/s Misión relacionada Categoría Disponible La llamada es una cinta presente en Metal Gear Solid: Peace Walker. Consiste en una grabación de una llamada entre Kazuhira Miller y Cipher, revelando que Kaz trabajaba en secreto con Zero, y que tanto Eli como David podrían ser usados como "póliza de seguros" para obligar a Big Boss a unirse a Cipher. A pesar de que se escucha a Kaz y a Zero, la voz de éste último no es clara; no se entiende lo que dice.
- Rook recibe una llamada de la academia de plomeros
- Si se lo preguntan mi nombre es Emilia Elizabeth Werning De los Monteros pero todo lo tormentoso de mi vida ocurre justamente desde ese día "10 de Noviembre de 1995" que de no ser por la llamada que recibí aún estaría con Él, el amor de mi vida. Si quieres saber de quien estoy hablando y de las cosas que tuve que vivir, acompañame en mi historia y pon mucha atención porque de esto te llevarás una gran lección- "La llamada"
- La patrulla policial se estacionó frente a la casa. Algunos vecinos salieron a curiosear, murmurando entre ellos. Bajaron de la patrulla la agente Laura y su compañero el agente Claudio. Observaron a los vecinos curiosos y se miraron. Claudio dijo en voz baja:thumb - Sí. Es casi seguro que su vecina está muerta -opinó Laura-. Bueno, vamos. Tocaron el timbre, nadie respondió. Intentaron varias veces sin obtener resultado. Laura bordeó la casa y espió por una ventana cuya cortina se encontraba media descorrida. Vio a la dueña de la casa: estaba sentada en un sofá, con la boca media abierta, y unas moscas enormes entraban y salían de ella, caminaban sobre los ojos abiertos y zumbaban alrededor de la muerta. Otro sofá se hallaba ubicado frente al de la difunta, y a Laura le pareció que había alguien en él, pero desde la ventana no veía bien. Volvió a la entrada donde estaba su compañero y le informó lo que vio. Desde que habían recibido la llamada sospechaban que iban a encontrar una escena así. Es algo bastante común; alguien vive solo, los vecinos dejan de verlo por unos días, sienten un olor desagradable y llaman a la policía: la persona de la casa ha muerto. Pero cuando consiguieron entrar vieron algo que no esperaban. En el sofá ubicado frente al de la señora difunta, había una muñeca bastante grande; se hallaba sentada como si fuera una persona, sus ojos apuntaban al cadáver y sonreía como si se burlara de éste. - Un poco sí, pero sólo es una muñeca. A mi hija le encantaría una como esta. Voy a llamar a la central. El caso está claro, pero voy a revisar un poco por aquí, ¿sí? - Claro, ve. Yo voy a salir para que los vecinos no intenten entrar -dijo Laura, sin dejar de mirar a la muñeca, pues ésta la había impresionado mucho, aunque no entendía por qué, allí había un cadáver y no la impresionaba, pero aquella muñeca… Cuando Laura quedó sola, la muñeca volteó hacia ella de repente y le habló con una voz chillona: “¡Deja de mirarme, maldita zorra!”. Laura se estremeció por el susto, y empezó a retroceder hacia la puerta; la muñeca la seguía con la mirada. Al salir de la casa se recostó a la pared. No podía creer lo que acababa de pesarla. Su compañero salió de la casa cuando iban llegando otras patrullas. Él, sin mirarla, le comentó el resultado de su inspección: - Parece que esta señora era coleccionista de muñecas. Las hay de todos los tamaños. Ven a verlas. - No, yo, me quedo aquí. Es el olor, ¿sabes? No me siento del todo bien -se excusó Laura. - A todos nos ha pasado alguna vez. Hay días que andamos con el estómago más frágil. ¿Quieres irte en otra patrulla? Algunos de los que vinieron se van a ir enseguida. - Creo que es mejor que me retire, sí. Pero el informe… - Yo me encargo -afirmó Claudio. Varios oficiales saludaron y entraron a la vivienda. Laura se asomó para ver a la muñeca, pero esta ya no estaba, lo que la asustó todavía más. Salió a la calle y le pidió a un colega que la llevara hasta su comisaría. Pasaron unos días. Laura sentía que debía hablar con alguien sobre aquella muñeca, y quién mejor que su compañero. Se dispuso a contarle cuando estaban bebiendo café en un pequeño restarán: - El otro día -empezó a contarle Laura-, en la casa de la mujer muerta, me pasó algo muy raro con la muñeca. - Me preguntaba cuándo ibas a hablar sobre eso -dijo Claudio-. Sí, tomé la muñeca cuando estabas afuera. La tiré por la ventana. Cuando casi todos se habían retirado fui a buscarla y la oculté entre mi abrigo. - ¿¡Qué!? - Sé que estuve mal. Pero su dueña no la iba a extrañar. Sabía que a mi hija quería una como esa y, bueno, la tomé. Tampoco es algo tan grave -Claudio terminaba de decir aquello cuando sonó su celular. Lo atendió y enseguida quedó muy serio, porque una voz chillona le dijo: “¡Jajaja! ¡Estoy matando a tu hija! Categoría:Muñecos
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