En astronomía, se llama bulbo galáctico o protuberancia galáctica al grupo central de estrellas que se encuentra en la mayoría de las galaxias espirales. Su distribución espacial es más o menos elipsoidal en contraposición a la distribución plana del disco. Se cree que la mayoría de los bulbos galácticos albergan un agujero negro supermasivo en su centro. Tales agujeros negros nunca han sido observados directamente, pero existen muchas pruebas indirectas.
En astronomía, se llama bulbo galáctico o protuberancia galáctica al grupo central de estrellas que se encuentra en la mayoría de las galaxias espirales. Su distribución espacial es más o menos elipsoidal en contraposición a la distribución plana del disco. Los bulbos están compuestos normalmente por estrellas tipo Población II, pequeñas, rojas y viejas. Esto es así porque todas las estrellas nacieron juntas con la galaxia, hace varios miles de millones de años. Sólo las estrellas pequeñas y rojizas pueden vivir tanto tiempo (ver Evolución estelar). Esta componente de la galaxia tiene muy poca cantidad de gas y polvo en contraposición al disco galáctico. Esto explica la relativamente baja cantidad de estrellas jóvenes y azules que hay en el bulbo ya que estas se forman a partir de este gas. Se cree que la mayoría de los bulbos galácticos albergan un agujero negro supermasivo en su centro. Tales agujeros negros nunca han sido observados directamente, pero existen muchas pruebas indirectas. Algunos bulbos galácticos tienen estrellas azules Población I, estrellas jóvenes, o una mezcla de las dos poblaciones. Aún sin llegar a comprender del todo este fenómeno, se supone frecuentemente evidencia de la interacción con otra galaxia (como una fusión galáctica) que insufla gas renovado al centro que fomenta la formación de nuevas estrellas.