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| - Mi mejor amiga Lucia y yo habíamos ido a una vieja nave industrial abandonada del pueblo con la intención de buscar algo de valor, o simplemente tener una pequeña aventura que contar al resto. El lugar en sí estaba en mal estado, la pintura de las paredes se desprendía y varios ladrillos del techo habían caído. También podían descubrirse ropas en mal estado y hasta un cubo que contenía heces. Justamente cuando íbamos a irnos, Lucia pisó algo que hizo un sonido crujiente. Al apartar el pie, me fije que había una pila de CDs. Lucia cogió un par. - Mira Casandra, ¿te apetece que los probemos? Aquella pregunta, de haber contestado de forma negativa, nos habría salvado del horror que hubiéramos vivido. Pero como la mayoría ya se imaginan, conteste con un "Sí, será divertido ver que hay". Aquella respuesta nos conduciría a un portal de horror. Al llegar a mi casa, Lucia y yo probamos en mi computadora los CDs; todos estaban rayados y la gran mayoría ni siquiera podían reproducirse. Solo uno pudo funcionar, de hecho era el único CD al que habían identificado con un título: "Mickey es real". El CD se ejecutó. Dentro contenía un archivo de vídeo, le clicamos y al instante se mostró en pestaña una imagen de introducción con las caras de Mickey y Minnie (los de Disney), acompañada de un sonido de arpa. En cierto modo me pareció muy extraña la música pero al mismo tiempo sentía una sensación nostálgica hacia esta caricatura, aun hoy en día puedo sentir ese deseo de volver a vivir las aventuras de los dibujos de Disney como cuando niña. La animación empezaba con una escena en blanco y negro de Mickey Mouse leyendo un libro sentado en un sofá. El ratón se ve sumergido en su lectura, como si se tratara de una novela de difícil comprensión. De repente cierra el libro y se lamenta: - Voy a tener que hablar con Minnie, este libro no hay quien lo entienda. Entonces el ratón coge el libro y se va hacia la puerta. En ese momento fijé mi atención al libro y me percaté que estaba titulado como "El mito de caverna". "¿El mito de caverna? ¿Eso no es de Platon?", pensé. La verdad es que he escuchado sobre esto, en realidad más que un mito es una especie de ejercicios didácticos en la que Platón trata en forma de cuento una teoría donde demuestra que si tienes encerrado a alguien viendo una forma de cómo es el mundo, indiferentemente de si es cierto o no, este creerá ciegamente en lo que se le muestra sin protestar. Disculpad, me he desviado de la explicación inicial, pero sentía necesaria esta explicación. La escena continuaba con Mickey buscando a Minnie por todo el lago pero no encontraba a su amada. Entonces llega el Pato Donald y sostienen una conversación. Poco a poco, la escena de la animación se vuelve a color, es algo alegre a decir verdad. Los diálogos del pato apenas se entienden, pero creo que se refería a que se sentía extraño, como si su mundo fuera artificial, irreal. Entonces, la escena cambia mostrandos unos ojos chispeantes tras un arbusto y se oye una risa grave. Reconocí con facilidad esa risa, era la del Capitán Pete. De fondo la melodía del arpa seguía sonando, mientras las carcajadas se distorsionan hasta volverse desagradablemente ruidosas. Súbitamente una descarga de estática se apodera de la pantalla. Risas en tonos raros y un paisaje desolador, tenebroso y triste. Nos quedamos heladas: Mickey apareció de la nada, señalando la pantalla. "De esta no escaparás", reía maliciosamente. Las risas se distorsionaron igualmente, confundiéndose en una vibración insoportable que nos puso nerviosas. Julia se levantó de golpe, queriendo apagar la televisión, pero el aparato seguía encendido. Ahogué un grito. La luz se fue en toda la casa, a excepción del televisor que proyectaba unas imágenes macabras y asquerosas del famoso ratón que no pienso recordar. La canción fluía en el ambiente lúgubre: thumb-♫ Qué bien, qué bien que todo está bien! ♪ Julia despertó en un hospital rodeada de policías y gente extraña que le hacían preguntas sobre lo que pasó con Ana. A ella no le importaba. Estaba en otro mundo. Esa es la razón por la cual ahora está en un manicomio, repitiendo, mientras se balancea de un lugar a otro:
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