abstract
| - Dentro de la especie Apis mellifera se encuentran dos grupos fundamentales de abejas: las negras europeas (Apis mellifera mellifera) y ls abejas melíferas amarillas o abejas italianas, Apis mellifera ligustica. Las dos razas tienen variantes en sus sistemas de comunicación. La abeja negra europea, Apis mellifera mellifera; existen fundamentalmente dos modalidades estructurales de danza: para indicar fuentes de aprovisionamiento hasta 100 metros de distancia, y otra para indicar una fuente de alimento a más de 100 metros. La abeja italiana (Apis mellifera ligustica) introduce un tercer modelo de danza para señalar distancias que oscilan entre los 10 y los 100 metros: la danza de la hoz, especie de figura de ocho, en semicírculo; manteniendo la danza circular para distancias entre 0 y 10 metros y la danza en semicirculo o danza waglle para distancias de más de 100 metros. Ahora bien, ¿qué sucede cuando se obtienen híbridos entre ambas razas?. Durante los cursos 1982-83 y 1983-84 importamos 7 reinas de abeja italiana. Efectuamos posteriormente cruzamientos entre reinas italianas, hijas de las anteriores, y zánganos de abeja negra europea Apis mellifera mellifera, en las colmenas de observación, obteniendo así descendientes híbridos de abejas obreras. Es decir, en unas predominaban las marcas corporales de color amarillo, propias de la raza italiana, y en otras las marcas oscuras de la raza negra europea. La conclusión a la que a primera vista llegamos, sin hacer recuentos, confirmaba la teoría de Von Frisch (1962). Los descendientes con las marcas amarillas ejecutan casi siempre la danza de la hoz. En experimentos de Frisch, 16 híbridos de gran parecido con su progenitor italiano, utilizaron la danza de la hoz para indicar distancias entre los 10 y los 100 metros, en una proporción de 65 veces de 66; en tan to que 15 híbridos que se parecían a su progenitor de abeja negra europea, usaron la danza en círculo para los mismos menesteres. 47 veces de 49. Los descendientes heredan las pautas de danza de los progenitores a los que físicamente se parecen. La especie Apis mellifera posee la aptitud innata de comunicarse entre sí, mediante el uso de un sistema notablemente complejo y sin rival con respecto a otras especies de animales aparentemente más avanzados. Y todo ello es especialmente asombroso por tratarse de un organismo con un tejido cerebral muy pequeño.
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