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| - Hacia el final de la Edad Media se encuentran ya en una avanzada fase de desarrollo las monarquías que se fueron formando a lo largo del periodo adquiriendo rasgos que en cierta manera se les puede definir como "nacionales", los reinos de Francia, Inglaterra, Castilla y Portugal (estos últimos fundidos en 1521) han consolidado su unidad interna. Sin embargo el Sacro Imperio emerge de la época medieval políticamente fragmentado. Sus componentes periféricos han disminuido en el s. XVI: Venecia se ha anexionado partes de Italia y Francia (con el Delfinado y Provenza) una parte del antiguo Reino de Brogoña. Por otro lado la Confederación suiza, cuyos origenes se remontan a finales del s. XIII, accede en 1499 a una independencia de hecho (no de derecho hasta 1648). El mantenimiento de la corona imperial en la casa de Habsburgo a partir de 1440 contrapesa esas fuerzas centrífugas. Desde finales del XIII los habsburgo tienen en Austria su principal centro de poder. En el último cuarto del s. XV lo incrementan con la mayor parte de la herencia de la casa de Borgoña y se convierten en la familia más poderosa de Alemania. En el sur la casa de Aragón ha salido triunfante de su secular conflicto con la casa de Anjou por el dominio de Italia, además se funde con Castilla en 1479 y definitivamente en 1516 (y a partir de 1521 con Portugal) llevando a la formación de un conjunto unitario al que se conoce como Monarquía Hispánica o Corona Española. El comercio mediterraneo, dominado por las repúblicas mercantiles de Genova y Venecia, sigue siendo muy activo en el s. XV. Por su lado portugueses y andaluces se aventuran en el Atlantico con la idea de rodear el Islam por el sur. Consiguen así en 1488 contornear Africa mientras que los castellanos buscando una ruta directa con la India y oriente descubren America en 1492. De golpe la peninsula Ibérica pasa al primer plano y después la Europa del oeste en general vuelve sus miras hacia el atlantico. En Francia la guerra de los Cien Años deja reducido el dominio inglés a Calais y los reyes franceses desde Luis XI se dedican a restaurar la autoridad real. Vinculada con la realeza francesa la casa de Borgoña consolida su dominio a ambos lados de la frontera entre Francia y el Imperio. Tras la extinción en 1477 de la casa de Borgoña, Maximiliano de Habsburgo, yerno del último duque y Luis XI se disputaron violentamente la herencia, comenzando un secular enfrentamiento entre los Habsburgo y los reyes franceses. Por su lado, los ingleses conquistaron Gales a finales del s. XIII pero sufrieron después frente a los escoceses una dura derrota, mientras que su influencia en Irlanda se limitaba a la región de Dublín. Expulsados de Francia ponen sus miras en el comercio marítimo nórdico que se halla en plena pujanza, en este espacio juegan un papel preponderante las ciudades flamencas y las alemanas de la Hansa. Por último, y principalmente para contrarrestar el peso de la Hansa los escandinavos habían formado en 1397 la unión de Kalmar, pero no funciona bien por las tensiones entre daneses y suecos y se rompe en 1523.
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