El padre finalizó la misa. Comió la hostia y bebió el vino, un vino con sabor extraño y metálico al gusto. El padre se sentó en su silla bañada de oro, y, frente a él, todos sus seguidores descansaban. Todos habían comido y bebido del cuerpo y la sangre de Cristo, ahora reunidos en el paraíso de su amado Dios. El padre cerró los ojos y como buen pastor siguió a sus ovejas; con sangre en su boca, dijo: "En nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amé..."
El padre finalizó la misa. Comió la hostia y bebió el vino, un vino con sabor extraño y metálico al gusto. El padre se sentó en su silla bañada de oro, y, frente a él, todos sus seguidores descansaban. Todos habían comido y bebido del cuerpo y la sangre de Cristo, ahora reunidos en el paraíso de su amado Dios. El padre cerró los ojos y como buen pastor siguió a sus ovejas; con sangre en su boca, dijo: "En nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amé..."