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| - Categoría: Idioteces Fuera del campo científico, la palabra energía ha sido explotada, tergiversada y su verdadero significado ha sido cargado de fantasía hasta el cansancio. Cualquier persona que no haya llevado al menos un curso de ciencias básico en la escuela, tiene a menudo la idea imprecisa o equivocada del concepto que denota ese término. Por ejemplo, no son pocas las personas que suponen que el fuego o la electricidad son formas de la energía. No lo son. La energía que transporta una corriente eléctrica se llama habitualmente energía eléctrica. Pero la electricidad no es una forma de energía. Una cosa es la electricidad y otra la energía eléctrica, así como el agua es una cosa y otra la energía hidráulica que contiene el agua cuando se acumula, retenida por una represa. La energía eléctrica, como la de cualquier otra clase, se puede medir en kilográmetros (kgm) o en cualquier otra unidad de energía, de acuerdo con su equivalencia. Con frecuencia, la palabra energía se emplea en forma candorosa, como una entidad omnipotente, para explicar cualquier hecho o creencia. A los embaucadores que utilizan las pseudociencias de mala fe, la omnipotencia de dicha palabra les resulta sumamente útil, ya que, para una buena cantidad de personas, ese término encierra un contenido misterioso e inasible. Nada más lejos de la realidad; el concepto de energía es tan definido y comprensible como lo es la definición de "triángulo" o "música", entes inmateriales que a nadie parecen esotéricos. El concepto de energía carece de todo carácter mágico o misterioso. La energía no es fuerza, ni fuego, ni electricidad. Menos aún es un ente misterioso o un fluido inmaterial con ciertos poderes. Quizá se podría decir que sólo es una propiedad de un cuerpo o un sistema físico en un determinado estado: la capacidad de realizar trabajo si pasa a otro estado. Nótese que ningún cuerpo o sistema puede transferir o recibir energía sin modificar alguna o varias de sus propiedades.
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