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| - Ante el contacto creciente con la xenorraza conocida como los Tau, cada día es más evidente que, a excepción de los Tiránidos, esta raza ha demostrado una mayor tendencia al desarrollo evolutivo que ninguna otra. Cuando tuvimos el primer contacto documentado con los Tau, hace unos seis mil años, estos se encontraban en un estadio muy primitivo (habían aprendido hacia muy poco a utilizar garrotes y a usar el fuego). La información posterior es extremadamente escasa, ya que el planeta parece haber permanecido aislado durante muchos miles de años debido a tormentas de disformidad de una ferocidad y duración inusitados. Al renovar el contacto, nos hallamos frente a un salto evolutivo mucho mayor del que podríamos haber esperado normalmente.
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abstract
| - Ante el contacto creciente con la xenorraza conocida como los Tau, cada día es más evidente que, a excepción de los Tiránidos, esta raza ha demostrado una mayor tendencia al desarrollo evolutivo que ninguna otra. Cuando tuvimos el primer contacto documentado con los Tau, hace unos seis mil años, estos se encontraban en un estadio muy primitivo (habían aprendido hacia muy poco a utilizar garrotes y a usar el fuego). La información posterior es extremadamente escasa, ya que el planeta parece haber permanecido aislado durante muchos miles de años debido a tormentas de disformidad de una ferocidad y duración inusitados. Al renovar el contacto, nos hallamos frente a un salto evolutivo mucho mayor del que podríamos haber esperado normalmente. Desde que fueran catalogados por primera vez, los Tau han progresado hasta un nivel tecnológico que, aunque obviamente no es tan iluminado como el de nuestra propia orden sagrada, no por ello deja de ser altamente avanzado ¡Deus ex Machina, recemos todos al Omnissiah! He llevado a cabo este estudio para deducir el origen de los Tau y, con ello, lograr descubrir si esta progresión es resultado de la selección natural o de alguna otra fuerza externa. La selección natural es un mecanismo evolutivo que se da cuando individuos escogidos de una población son más capaces de adaptarse a su entorno y, por consiguiente, producen una mayor descendencia. La naturaleza escoge en último término a aquellos individuos cuyas características los hacen más aptos para sobrevivir en la adulta y reproducirse. Por consiguiente, la evolución resultante es tan gradual que resulta casi imposible detectarla en apenas unas pocas generaciones. No obstante, en el caso de los Tau, hay evidencias que sugieren que su especie se ha visto sujeta a cortos períodos de cambio ultrarrapido. Solo podemos hacer especulaciones sobre que provocó estos cambios: tal vez fue la variedad climática, unos patrones de alimentación alterados de los depredadores, la escasez de alimentos o algún factor externo desconocido (consúltese el gráfico adjunto AD/Mec32). El resultado sería un ritmo acelerado de cambio en las frecuencias de los grupos de genes de las características que fueron más favorecidas por las nuevas condiciones medioambientales. Ahora resulta bastante evidente que el historial evolutivo de los Tau es extremadamente complejo. Diferentes subespecies han evolucionado a diferentes ritmos y estos ritmos han cambiado a lo largo del tiempo como respuesta a complejos patrones de interacción con otras especies y factores medioambientales. Cuáles han sido estas interacciones solo puede ser fruto de la especulación, dada la escasa información que pudimos extraer del sujeto tau interrogado sobre la historia reciente de su raza. A partir de la información obtenido, avanzo humildemente una teoría que explicaría la evolución de los Tau, a la que yo llamo "Teorema de Zacarias sobre la divergencia adaptativa". Impulsada por la selección natural, la Divergencia Adaptativa consiste en la diversificación de una especie en dos o más subespecies como grupos adaptados a sus distintos entornos. Creo que el paso inicial es la separación de la especie en distintas poblaciones de cría, lo que podría ocurrir como resultado de un aislamiento geográfico o social. A lo largo del tiempo, los bancos genéticos de los grupos aislados diferirían progresivamente entre si al adquirir mutaciones aleatorias como resultado de la deriva genética. En otras palabras, la naturaleza escoge las diferentes características existentes en los bancos genéticos de las diferentes poblaciones. Con el paso del tiempo, las poblaciones divergen genéticamente a todos los efectos, convirtiéndose en subespecies independientes. Se podría esperar que este proceso durara millones de años, pero la evidencia de proteínas sintéticas y cadenas de aminoácidos en los órganos internos del sujeto sometido a estudio me hace creer que este proceso se ha acelerado de alguna forma. La forma en que esta herejía contra natura puede haber sucedido está más allá de los objetivos de este informe, así que prefiero dejarlo en manos de otros investigadores más cualificados para ello.
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