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| - Mark y Byrd recorrieron toda la selva a la mañana siguiente, intentando buscar rastro de Cyborgs o de esos océanos de lava de los que tienen recuerdo al estrellarse contra el planeta. Al mero rato al viajar por toda la selva encontraron fantasticamente toda una Utopía futurista que los dejo sin habla. Todo era una gran ciudad al estilo New York pero con edificios del doble de altos y sobre todo estaban los Cyborg. Mark y Byrd se escondían regocijadamente sobre esas poca flora de selva que quedaba : donde termina tal selva y empieza la ciudad. Los Cyborgs parecen humanos comunes y corrientes como Mark Y Byrd, pero en el fondo su interior no son mas que engranajes de CPU y órganos positrónicos chatarra, unidas a sus venas y cerebros reales. Mark y Byrd siguieron el paso intentando conocer mas de esta Utopía. Al mero paso había un letrero al centro de un parque que dice : 'Bienvenido a las Naciones Co-dependientes - Un lugar lindo para vivir'. — Vamos, mientras que no sepan que somos orgánicos - Le murmura fuertemente Byrd a Mark mientras van caminado rápido para que no sepan quienes son realmente - Date prisa. Después de un rato en la ciudad, encontraron un edificio hecho de ladrillos con un letrero de fluorescente que dice '66 97 114 32 100 101 32 108 111 115 32 97 241 111 115 32 53 48'. — Mira es un bar de los años 50, deben tener toda la cultura del 2050 hasta el 2059 - Comenta Byrd al llegar hasta la fachada de este edificio de un solo cuarto. — ¿Como lo sabes? - Pregunta Mark — Pues si mis clases de Aritmética hexadecimal no me fallan es eso o un bar Cyber-country. Los dos entran y encuentran todo un bar de bebida con la cultura de los 50's pegada en todas las paredes. Como música de Blanket Jackson y un televisor CLARO Holoscreen en el techo transmitiendo la 75 temporada de Los Simpson y el actor Nathan Bieber, el hijo adoptivo de Nathan Kress y Justin Bieber después de su cuarto divorcio con Selena Gomez. Mark al momento que entro ahí decidió cruzarse de brazos para que los Cborgs no noten el logo de Salut 8 que llea en el pecho se aproxima ala barra. — Hola mi buen amigo - saluda al cantinero de la barra. — Sabes, no te e visto por aquí... eso que este es un lugar muy concurrido - responde no mu amablemente el cantinero. — Solo...quisieras servirme un trago. — ¿un trago?, pues ¿de donde vienes tu?. — Puedo asegurarte que so de aquí. — Pues muéstrame tu numero de Chasis. Mark creyendo que un numero de chasis es el equivalente a una identificación, desprevenidamente se mete las manos en los bolsillos dejando ala vista el logo Salyutense. — ¡Es un orgánico! - grita el cantinero mientras que todos se voltean por esta exclamación. Inmediatamente Byrd saca una pistola de su bolsillo dispara al cantinero. — ¡Salgamos de este lugar! - dice Byrd moviendo su mano indicando de que deben de salir de ahí en este instante. Los dos Salyutenses salen de ese bar corriendo ala cabeza de una turba de Cyborg. Los Cyborgs encienden telequinecticamente los propulsores de sus pies — ¡Vamos por la avenida E-Mail!. Sirenas de autos de policía empezaban a sonar en el horizonte. Efectivamente un auto de policía apareció por enfrente de ellos, Mark asustado decide huir por un costado de la calle a un callejón. — ¡He espérame! — grita Byrd. — ¡No los dejen escapar! — grita un Cyborg enfurecido. No tardaron en descubrir que el callejón donde llego Mark, es un callejón sin salida. Claramente los policías no desaprovecharon la oportunidad salen de la patrulla y taclean a nuestros Salyutenses dejándolos inconscientes.
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