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| - Inspirado en la obra de Héctor Berlioz — Sueño de una noche de aquelarre [Sinfonía Fantástica] ...Cathal Huges acude a su primer aquelarre, celebrado en la quietud de un bosque olvidado y lejos de la aldea donde viven tanto él como sus otros doce hermanos oscuros. Tras oficiar el sacerdote los prólogos del ritual y una vez invocado el Señor del Mal, Cathal se sorprende a sí mismo rindiéndose a sus encantos y ofreciéndose en sacrificio... Campanas son las que tañen tristes hoy, esta noche, esta madrugada, esta fecha, solas, en el monte y encapuchadas;lamentos mudos vertiendo sobre las gentes,ausentes en conocimiento, visiones de quimeraque la luna ven caminar, exentos a mí, a ti, al fuego.Lejos de nosotros, ánimas de Tus salmodias, lejosde Tu bruma, del oscuro hálito invocado aquí,en el claro, en lacrimoso bosque de miedo frío,unido al crepitar de la hoguera; susurros muerenen los árboles y en Tus labios de sangre resucitan. Tañen campanas hoy, zozobra la cordura, ahogada en néctares amargos de vida mundana, cálidoabrazo profano, antípoda de lo sacro, altar de olvidotras el sacerdote vestido de cuervo, vestido sacrílego.Tras los Trece, tras el Príncipe y su lúgubre corte,donde tus gritos, los míos, se alzan contra el cielo,rasgado quedé y blasfemia lloré, siervos celestialesofrezcan sentencia contra falladas almas, las nuestras,y consumado resulte el nocturno sacrificio.Umbral del culto contra ti empezado, desnudo en la cruz,con certeza ciega de tu abandono nos dejaste, solos, confalsa creencia de tus hermanos demonios. Duendes son testigos de nuestra llamada, sus ojos, pequeños y traviesos, juegan en las sombras y en Tise posan, en aquelarre junto a nosotros viven yson visitantes del boscoso reino colindante, conlas brujas del reino mundano exiliadas, que sonríenen tanto se evaporan los cánticos, salmodías mudasen boca de todos, esperando Tu palabra, postergando el amanecer de este enlutado día en que la revelas, Tu llegada, con Tu manada de lobos, henchido de orgulloprofundo hacia nosotros, quienes de Tu figura alada somos idólatras y por ella suspiramos. Congregadas las nubes, campanas, enamorados de la noche en nuestros sudarios mortales, Tu malditonombre conjurado en respeto, no existe el miedoni el temor hacia Tu obscuridad, ni la nuestra, nihacia las flamas, rodeando Tu cuerpo y en Tus cuencasnegras, danzando en Tu pupila, dueño eres de mi adoración.Recortada la luna en Tu capa queda, astas negras de las brujas, en Tu espalda florecen las alas dellamento infernal y el bosque entero la pierde, sí, la conciencia de la perversión, rendidos sucumben todosen Tu sacra aura negra, tu prolongación vital. Caigo entonces desnudo, postrado ante Tu magnificencia, ante los gritos y en la sangre de mis pasados hermanos, muertos en ofrenda, siervos de Tu Mal santo; capazde entender el juramento pactado, los deseos empapanmi piel, sin reservas ofrecida a ti en la noche fría, perocálida de Tu cuerpo torturado en las Tinieblasque me recoge del suelo, sediento de carencia mundana,la de mi propia alma corrupta que concede, sin reparo,que la consumas en Tu fuego hermoso, sólo en él,hasta que arda muerta para siempre en Tu seno,hasta que la ames con locura oscura y ciega.Importa poco mi sangre derramada, sobre ti,en el altar desnudo, en el bosque de silencio, enprofano aquelarre junto a mis hermanos, observandocon envidia mi partida, consumando los tuyos, y míos,perversos deseos de eterna existencia, huyendode este, sí, el perpetuo Infierno mundano, de cráneosllorosos y falsas creencias, vacío en historia de hombres.Bajo hoja plateada, afilado cristal que refleja Tu sonrisa,bello atardecer observo en Tus ojos, rojizo espesorde mi éxtasis manando desde mi herida, sucumbiendoen Tus brazos, expirando en deseada paz. Categoría:Poemas
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