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| - Russell Wolfe, uno de los productores detrás de la película Dios no Está Muerto (God's not dead, Harold Cronk, 2014) y que hace un pequeño papel de médico en el filme, fue diagnosticado en diciembre de 2013 con esclerosis lateral amiotrófica (ELA), una enfermedad neurodegenerativa terminal que obstaculiza las habilidades de motricidad fina y hace perder poco a poco la capacidad de hablar. Se estima que la ELA es responsable de casi dos muertes por cada cien mil habitantes al año. Aunque la esperanza de vida de un paciente con ELA tiene un promedio de dos a cinco años desde el momento del diagnóstico, la enfermedad es variable y muchas personas viven con calidad de cinco años y más. Más de la mitad de todos los pacientes viven más de tres años después del diagnóstico. Wolfe creó un video para Youtube en el que se le ve sentado en una silla y sosteniendo una serie de carteles con mensajes escritos. Mientras suena una versión instrumental de la canción Don't stop believin', de Journey, otra persona se ve ayudándole levantando cada cartel para revelar lo que el cineasta quiere decir a continuación. Wolfe explicaba, a través de los carteles, que la enfermedad había reclamado su capacidad de hablar con claridad y usar sus brazos y piernas. Pero a pesar de todo, decía tener la esperanza de que el milagro de una curación completa es posible. "Una cosa que no he perdido es mi fe. Es más fuerte que nunca. Yo creo en los milagros. Creo en la curación completa. Creo en el poder de la oración. Yo creo que Dios no está muerto". Wolfe, hablando dificultosamente, se dirige a los espectadores: "Hasta que mi curación completa sea manifiesta, necesito tu ayuda para seguir con vida." El cineasta concluyó pidiendo oración y la ayuda financiera para compensar los altos costos asociados con la lucha contra la ELA. La participación en la película parece que reforzó de más la fe de Wolfe, lo que ha provocado que caiga en contradicciones. Wolfe falleció, comprobando que los pronósticos médicos fueron lamentablemente acertados, el 27 de mayo de 2015. El asunto es que cierto grupos de ateos y grupos seculares criticaron el hecho de que, siendo productor de la película, Wolfe no tenga el dinero para pagar el tratamiento. Pero lo peor es el pensamiento ilusorio de Wolfe que dice tener fe en la curación completa siendo que la enfermedad es neurodegenerativa. Una vez que ataca las neuronas, podrá detener su progreso, pero no hay reversión. "Y si tiene la fe, porqué necesitar de los médicos, independientemente del dinero que se requiera", dicen algunos grupos seculares. "Si la fe mueve montañas, ¿para qué pedir ayuda externa? ¿O su fe es tan poca que debe pedir ayuda extra?", concluyen los mismos grupos de manera cínica pero asentada en la realidad.
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