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| - Se oculta en el subsuelo, debajo de nosotros mismos, en nuestras tierras. Se filtra en cualquier superficie, en la grieta más mínima. Incluso en el concreto. Con el poco tiempo que tuvimos hemos experimentado con ella. Claro que habrá sobrevivientes, lo ha demostrado la selección natural pero para ellos será mejor haber muerto en la primera fase de la intoxicación, pues al sobrevivir la primera fase sentirán la gran necesidad de devorarse ellos mismos, de beber su propia sangre envenenada. -¡Doctor, el hay una emergencia, hemos fallado en la contención del gas y se está esparciendo!
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| - Se oculta en el subsuelo, debajo de nosotros mismos, en nuestras tierras. Se filtra en cualquier superficie, en la grieta más mínima. Incluso en el concreto. Con el poco tiempo que tuvimos hemos experimentado con ella. Hemos puesto en peligro nuestras vidas intentando sobrevivir a sus efectos. Hemos probado con animales, el resultado fue horroroso: Al solo contacto les derretía la piel, los gemidos y alaridos de dolor de las pobres bestias, sus ojos rojos, las lágrimas acudiendo a sus mejillas; la inmediata putrefacción de su carne, la desintegración consistente de los tejidos y los órganos, la sangre esparcida por la desintegración de los pulmones. ¡Dios, la sangre! Las proyecciones matemáticas no mienten, el gas venenoso afectaría a millones de hombres, mujeres, niños y niñas, en cuestión de horas. Una sentencia de muerte llegando tan fácil y rápido como lo es respirar una sola bocanada. Pues aunque el gas esté diluido, su veneno es absorbido inmediatamente por los pulmones, y en pequeñas cantidades pudimos observar que la demencia controla los cuerpos de los sujetos expuestos. Claro que habrá sobrevivientes, lo ha demostrado la selección natural pero para ellos será mejor haber muerto en la primera fase de la intoxicación, pues al sobrevivir la primera fase sentirán la gran necesidad de devorarse ellos mismos, de beber su propia sangre envenenada. El mundo quedará destruido, esa palabra "destruido" no se asemeja nada a lo que puede causar esa niebla. Es un veneno, un veneno letal que destruirá millones, miles de millones de vidas. -¡Doctor, el hay una emergencia, hemos fallado en la contención del gas y se está esparciendo! -¡Sellen las puertas, háganlo, ya! -¡No, no no, noo!
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